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¿Qué papel quiere jugar México en la Alianza del Pacífico?

Luis Miguel González Director de El Economista

Por: Luis Miguel González | Publicado: Jueves 4 de julio de 2019 a las 04:00 hrs.
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Luis Miguel González

Andrés Manuel López Obrador lleva siete meses y tres días en el poder. En ese tiempo no ha salido de México. No ha visitado Washington ni fue a Osaka, a la reunión del G20. Con este contexto, ¿por qué sorprende que no vaya a Lima, al encuentro de la Alianza del Pacífico?

“La mejor política exterior es una buena política interior”, ha dicho el presidente mexicano para explicar su reticencia a salir. La frase expresa la faceta aislacionista del mandatario de un país que en las últimas tres décadas se abrió con entusiasmo al mundo.

México tiene medio millar de empresas con inversiones en el exterior y exportaciones a 120 países. Tratados de libre comercio con 45 países, alrededor de 4 millones de extranjeros viviendo en su territorio. Hay casi 15 millones de mexicanos radicados en el exterior.

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¿Qué tipo de relación quiere México con la Alianza del Pacífico? La respuesta puede esperar, parece decir el gobierno de AMLO. No hay sentido de urgencia en las relaciones de México con Colombia, Chile y Perú. No hay grandes problemas que resolver ni tampoco una idea muy clara de las oportunidades que entraña esta región.

Hay algunas inversiones, también Comercio, Turismo, e intercambio cultural, pero, ¿qué más puede haber? La pregunta es casi retórica. En estos días, la búsqueda de una respuesta genera más interés en el sector privado que en el gobierno.

A mediados de 2019, la agenda exterior mexicana está dominada por el tema de los migrantes centroamericanos y los compromisos que México asumió para controlarlos frente al gobierno de Trump. Son días tensos, porque el plazo para rendir cuentas sobre lo hecho para controlar el flujo de migrantes se cumple en dos semanas.

La relación con Estados Unidos acapara, como siempre, la atención del presidente mexicano en su relación con el mundo. Más allá de la resolución de la crisis migratoria, está la ratificación del Usmca en el Congreso estadounidense y el gobierno de una frontera compartida. Son 2 mil kilómetros, 40 pasos fronterizos y una docena de metrópolis binacionales. Es una tarea compleja porque, en el fondo, está la misión imposible de aplacar a un ogro llamado Donald Trump.

En esta lista de prioridades externas, para México no hay un segundo lugar claro. Ahora el gobierno habla mucho de la promoción de un plan de Desarrollo para Centroamérica, en particular para Guatemala, El Salvador y Honduras. Hace unas semanas, la atención parecía estar en la mediación del conflicto de Venezuela. En las próximas semanas, quizá, sea el relanzamiento de la relación con China. Una enorme tarea pendiente para México.

¿Podrá la Alianza del Pacífico convertirse en una prioridad para el gobierno de López Obrador? No, en el corto plazo. Más adelante, quizá. México necesita diversificarse para reducir la vulnerabilidad frente a Estados Unidos. Hay mucho camino con Colombia, Chile y Perú, pero sobre todo hay potencial. Todo un mundo de cosas por hacer entre todos.

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