Rafael Mies

Inclusión laboral de discapacitados mentales

Se imagina una persona con parálisis cerebral trabajando en una empresa y recibiendo un sueldo...

Por: Rafael Mies | Publicado: Jueves 24 de noviembre de 2011 a las 05:00 hrs.
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Se imagina una persona con parálisis cerebral trabajando en una empresa y recibiendo un sueldo, o a un ser humano en estado vegetal cumpliendo un horario de trabajo. Si su respuesta es no, permítame decirle que está equivocado. En Alemania existen algunas fábricas, apoyadas por el gobierno local, que incluyen en distintas tareas a todo tipo de discapacitados mentales, incluso aquellos de una situación tan crítica como la antes descrita. Usted se preguntará ¿qué puede hacer una persona en estado vegetal que pueda contribuir en algo a un negocio? Resulta que existen algunas tareas muy rutinarias, como la clasificación y separación de partes de un juguete, donde personas con autismo funcionan perfectamente. Para mi sorpresa, en el mismo lugar de trabajo de la persona autista existe una camilla con un postrado en estado vegetal o una persona sentada en su silla con parálisis cerebral. Le pregunté al supervisor cuál era la razón de esa situación y me explicó, números en mano, que la productividad y efectividad del trabajo que realizan personas autistas mejora notablemente cuando están simplemente acompañados. Más aún, me mostró cómo, en períodos de vacaciones, cuando se les separa o dejan de trabajar, ambos, autistas y postrados, empeoran su salud y aumentan sus crisis o patologías de base.



Sin duda, esta experiencia con discapacitados mentales es maravillosa, pero para mucho una cosa así sólo es posible en Alemania. Pues bien, para mi doble sorpresa me he encontrado en Chile con un grupo de profesionales, empresarios y personas comunes y corrientes, pero con un fuerte sentido social y ganas de desafiar los paradigmas más fuertes de nuestra sociedad, que buscan impulsar una iniciativa similar.

El modelo que proponen es levantar necesidades reales de empresas donde estas personas puedan hacer un aporte de verdad y, por otra parte, descubrir competencias laborales aún en situaciones de discapacidad extrema. Al cruzar ambas condiciones tenemos un proyecto de inclusión concreto y sustentable para cualquier organización que se atreva a jugar una carta con este efecto externo e interno tan potente.

Apoyar este tipo de iniciativa me parece fundamental, ya que posee un impacto y una rentabilidad social increíblemente alta. Por una parte convierte lo que hasta ahora es un problema y una carga económica en una fuente de ingreso verdadera, que contribuye de modo importante al presupuesto familiar. Pero, además, da acceso al sistema de pensiones y seguridad social a un grupo hasta hoy bastante marginado y fuera del sistema. Por último, y en lo personal lo más significativo, hace posible un derecho de justicia básico, como es el acceso universal al trabajo a todo ser humano adulto, cuyo valor infinito radica únicamente en ser persona.

El desarrollo de Chile no puede ser únicamente económico por lo que espero, por el bien de los discapacitados mentales, sus familias y principalmente el de nuestro país que esta iniciativa resulte y se materialice en muchas de nuestras empresas que sueñan y aportan a un Chile mejor.

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