Rafael Rodríguez

Argentina: una propuesta con respeto desde Chile

Rafael Rodríguez Presidente Seminarium Penrhyn International

Por: Rafael Rodríguez | Publicado: Jueves 7 de diciembre de 2017 a las 04:00 hrs.
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Estuve la semana pasada en Argentina, buscando opciones de inversión en un país que viene saliendo del populismo, de a poco y teniendo que lidiar con una pesada herencia que se manifiesta en la forma de un sistema tributario complejo y expropiatorio -en un contexto de déficit fiscal de más de 6%-; precios de bienes de consumo subsidiadísimos, millones de personas en un sistema asistencialista de pensiones y bonos con cargo al Estado (madres, jubilados), un 46% de la fuerza de trabajo empleada que depende del Estado; una ley laboral que da un poder abusivo a los trabajadores y una corrupción muy extendida en el aparato público y también privado.

Grandes problemas, de difícil abordaje y muy desequilibrantes políticamente. Si por ejemplo, se sinceraran los precios de los servicios públicos de un golpe, las manifestaciones serían capaces de botar al gobierno eventualmente; todavía está fresco en la memoria el corto gobierno de De la Rúa.

Por lo anterior, el Presidente Macri ha escogido un camino gradual en vez de políticas de shock. Hasta ahora ha funcionado políticamente; en las elecciones parlamentarias, logró aumentar su participación en el congreso, enfrentando al tradicionalmente mayoritario partido peronista, debilitado y dividido. Hasta los poderosos dirigentes sindicales parecieran haberse retirado de la escena pública confrontacional por el momento.

Todo parecería ir bien; los problemas que acaparan titulares en estos días son con los mapuches, mientras la economía pareciera ir tomando aire de a poco; sin embargo, los problemas a resolver son formidables y pareciera que a este ritmo se va a requerir de varios gobiernos para enfrentarlos todos.

Sin perjuicio de lo anterior, a mi vuelta después de recoger mucha información, los problemas más angustiantes como potencial mini inversionista extranjero fueron dos; el nivel de impuestos y la existencia de una gran economía paralela. Ambos están relacionados; los impuestos son tan altos que no permiten la existencia en “blanco” de varios negocios, quienes para subsistir trabajan en negro. Algunas fuentes me señalaron que se calculaba que un 40% de la economía no pagaba impuestos.

Lo anterior me llevó a pensar qué ocurriría si Macri, en forma de shock, decidiera rebajar los impuestos al nivel de la OECD, o algunos puntos más, derogando el IG, el 1% de las transacciones financieras, entre otros. Provocaría una estampida de inversiones necesarias y postergadas por tantos años de hostigamiento emprendedor junto con un masivo blanqueamiento de empresas que saldrían de la oscuridad. Requeriría tener fondos para cubrir la menor recaudación inicial, pero me parece que a partir de un nivel de endeudamiento relativamente bajo que tiene Argentina, podría conseguir los necesarios para cubrir un valle de recaudación que posiblemente no sea muy largo y que generaría empleos, otro trofeo necesario de conseguir para disminuir el abultadísimo gasto fiscal.

El beneficio sería enorme; no sería raro que Argentina creciera a tasas de dos dígitos y junto con ello se facilitaría el necesario recorte de susbsidios al desempleo y se daría un golpe importante a la corrupción que no subsiste a la luz de los reflectores. Un win-win.

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