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Recuperación más pronunciada

César Guzmán gerente de macroeconomía Grupo Security

Por: César Guzmán | Publicado: Viernes 18 de agosto de 2017 a las 04:00 hrs.
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Es indiscutible que la actividad económica en la primera mitad del año decepcionó. En efecto, el PIB creció apenas 0,5% en los primeros seis meses, con una parte importante explicada por problemas puntuales que afectaron la minería (huelgas, factores climáticos), llevándola a caer un 10%. Pero el resto de los sectores también tuvo un desempeño peor al previsto, creciendo solo un 1,5% en la primera mitad del año. Todo esto se dio en un contexto externo extremadamente favorable, por lo que el bajo resultado habría respondido a factores internos, entre ellos la incertidumbre política.

Pero las señales para la segunda mitad del año son auspiciosas. Desde el ámbito externo, las condiciones financieras no sólo siguen siendo favorables, sino que se han vuelto mejores en las últimas semanas. El dólar a nivel global ha continuado debilitándose y los precios de las materias primas -con volatilidad- han subido, con la consiguiente mejora en los términos de intercambio de los países exportadores de éstas. Las tasas de interés globales están en niveles bajos y las primas por riesgo se han comprimido, lo que se traduce en un menor costo de financiamiento para las empresas.

Además, las cifras conocidas de actividad del primer semestre han ratificado que el PIB global está acelerándose respecto a 2016 -desde 3% a 4%- y de manera más sincronizada entre países y regiones. Este panorama benevolente para las economías emergentes sienta las bases para un círculo virtuoso, en que el apetito por riesgo aumenta los flujos de capitales hacia sus economías, impulsando los mercados bursátiles, el crecimiento de la actividad y el gasto interno, lo que a su vez fortalece más sus monedas, atrayendo más flujos, etc. Si bien en algunos países ya se está observado este fenómeno, todavía es débil comparado con otros episodios, y no ha sido generalizado.

Por el lado doméstico, ha habido un mejor desempeño de algunos indicadores líderes (que tienden a anticipar la trayectoria de la actividad) como el aumento en el dinero, las colocaciones bancarias, las importaciones y la Bolsa. A ello se suma que algunos índices de confianza de consumidores disponibles (post elecciones primarias) han mostrado un alza que anticiparía un mejor panorama político para la inversión y el crecimiento.

Dado todo lo anterior es que ratificamos nuestra visión respecto a que la actividad económica y el gasto interno comenzarían una recuperación a partir de la segunda mitad del año, la que incluso podría sorprender al alza respecto a la expectativa del consenso de una expansión del PIB de 1,8% para lo que queda del año y de 2,5% para 2018 (según la Encuesta Mensual de Expectativas del Banco Central).

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