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Reducir subvenciones de pesca: vital para los océanos y el desarrollo

Roberto Azevêdo Director general de la Organización Mundial de Comercio

Por: Roberto Azevêdo | Publicado: Martes 18 de junio de 2019 a las 04:00 hrs.
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Roberto Azevêdo

Los recientes estudios sobre la salud de nuestros océanos proporcionan pruebas irrefutables de algo sumamente perturbador y de que la vida marina nunca ha estado tan amenazada. Las pruebas de que las poblaciones de peces se están agotando rápidamente son más contundentes que nunca.

Según un informe de Naciones Unidas publicado el mes pasado, el ritmo de la extinción de las especies se está acelerando y aproximadamente un millón de especies de animales y plantas corren riesgo de extinguirse en cuestión de decenios. Esto debería preocuparnos a todos. Más de 40 millones de personas en todo el mundo se ganan el sustento gracias a la pesca. Es más, el pescado constituye un 20% de la ingesta de proteínas para 3.200 millones de personas.

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Es una cuestión clave para los 164 Miembros de la Organización Mundial del Comercio. En la OMC se están manteniendo negociaciones encaminadas a prohibir las subvenciones públicas destinadas a pescadores que practican la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, así como las ayudas públicas causantes de sobrecapacidad y sobrepesca. Además de contribuir a proteger nuestros océanos, un acuerdo para reducir las subvenciones a la pesca ayudaría a asegurar la viabilidad de las empresas más pequeñas y a crear unas condiciones mejores para el desarrollo económico en las regiones costeras.

Esas negociaciones representan asimismo una prueba de vital importancia para determinar si en la OMC se pueden seguir alcanzando acuerdos multilaterales, como en los últimos años. Los ministros de Comercio reunidos en Buenos Aires en 2017 se comprometieron a concluir un acuerdo así para finales de 2019 y los dirigentes de más de 190 países acordaron en 2015 que, como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, se llegaría a un acuerdo para 2020. El año pasado hubo grandes avances, pero es necesario acelerar el ritmo ahora que esas conversaciones se acercan rápidamente a una etapa crucial.

Puede que la OMC no parezca el foro más evidente para unas negociaciones encaminadas a concertar un acuerdo que contribuya a restablecer las poblaciones mundiales de peces. Pero la OMC es única en el sentido de que no hay otra organización en el mundo con autoridad para negociar disciplinas vinculantes en la compleja esfera de las subvenciones públicas. Dado que se carece de datos fiables, es difícil disponer de cifras precisas sobre las ayudas públicas al sector pesquero. No obstante, la mayoría de los expertos sitúan los desembolsos públicos entre 14.000 y 54.000 millones de dólares al año.

Nadie pone en duda el vínculo existente entre las subvenciones públicas y el agotamiento de las poblaciones mundiales de peces. Pero las subvenciones son un tema complejo, y las negociaciones se han visto complicadas por la dificultad de encontrar puntos de convergencia sobre cuestiones delicadas como el papel de las organizaciones regionales de ordenación pesquera y cuál es la mejor manera de apoyar a los pescadores artesanales.

Otra cuestión importante es la transparencia. Si se ha de alcanzar un acuerdo, es necesario que los Miembros de la OMC comprendan la magnitud del problema, y eso implica que los Gobiernos deben dar a conocer exactamente qué cantidades asignan a las ayudas a sus flotas pesqueras.

No es demasiado tarde para detener el alarmante agotamiento de las poblaciones de peces. Pero hay que actuar ya. No cabe esperar que un nuevo acuerdo de la OMC abarque todos los factores que contribuyen al agotamiento de los recursos pesqueros, ni que resuelva totalmente el problema. Pero puede hacer una aportación decisiva y fundamental.

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