Columnistas

Reforma del Estado, un gran favor a Chile

Ph.D. Académico ESE Business School y profesor Visitante USD, San Diego, California

Por: Rafael Mies | Publicado: Jueves 21 de septiembre de 2017 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Todo presidente busca ser recordado por algo bueno, algo que demuestre su vocación de servicio público y la búsqueda del bien común.

Lo fue el presidente Aylwin quien sin duda será recordado por su capacidad de orientar al país en una vía de reconciliación y reencuentro. A pesar que no faltan aquellos que lo tildan de “débil” frente a la oposición de su época, son muchos más, de todos los sectores políticos, quienes reconocen su prudencia y amor a la patria y un legado perenne para Chile.

Lo mismo ocurrió con el presidente Lagos y su apuesta por mejorar la infraestructura del país. También con detractores de su propio sector, finalmente hoy, una gran mayoría reconoce y valora que Chile no es el mismo y cambió positivamente para siempre una vez que terminó su mandato.

Lamentablemente hay poco que decir en términos de “legado país” de los últimos mandatos presidenciales, salvo por el tema del rescate de los mineros y un crecimiento económico real, pocas cosas realmente trascendentes quedan por recordar del primer gobierno de la Alianza, para que decir el legado de la “retroexcavadora” y la división profunda con que termina nuestro país este segundo periodo de la actual administración.

Por lo mismo, el próximo presidente tendrá una oportunidad única de cambiar positivamente Chile; y podrá hacerlo de un modo profundo y duradero.

La propuesta de una gran reforma del Estado, de modo de alivianar sus estructuras, eliminar burocracias y profesionalizar al máximo la gestión, es una transformación al menos tan grande como las anteriormente mencionadas (Aylwin y Lagos).

Si el futuro presidente logra acometer este propósito, que sin duda será criticado por muchos, principalmente por aquellos que perderán sus privilegios y puestos de trabajo, derivados del cáncer del clientelismo político al cual ha estado sometido el Estado ya por muchos años, nuestro país ya no será el mismo después de su mandato.

Una institucionalidad moderna en materia de funcionamiento del Estado, tendrá un impacto similar para todo Chile al que las autopistas urbanas han tenido para los capitalinos y sus posibilidades de moverse por Santiago.

Sin embargo, como todo lo verdaderamente valioso, los grandes proyectos no son fáciles de realizar y requieren de mucho profesionalismo. Más aún, en el caso de reformas país, la ecuación es todavía más compleja, pues además requieren de una destreza política de primer nivel.

Si el candidato que hoy aparece como favorito en las encuestas sale elegido, no dudo de su capacidad técnica para enfrentar este tipo de desafíos. Será, sin embargo, su habilidad política la que más necesitará en esta materia.

La buena noticia es que Chile sí tiene políticos de gran calidad y estatura y están disponibles para ayudar, solo depende de la visión del futuro presidente para reconocer su rol y elegir a los mejores. Si esto se da, y logra transformar nuestro aparato Estatal, podrá dejar un legado invaluable e inolvidable a nuestro país.

Lo más leído