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Reforma Tributaria: en búsqueda del objetivo perdido

Sergio Olvarrieta: No me queda claro: ¿se quiere recaudar 
US$ 8.000 millones más...

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No me queda claro: ¿se quiere recaudar 
US$ 8.000 millones más, o se quieren cambiar los precios relativos del ahorro versus consumo, o del trabajo dependiente versus el emprendimiento? Cuando escucho hablar del corazón de la reforma a veces me parece que se pierde el objetivo inicial que se le planteó a Chile: aumentar las arcas fiscales en 
US$ 8.000 millones, con el fin de invertir más en la calidad de la educación pública.

Esto es loable y necesario pues nuestros estándares en educación preescolar, básica y secundaria están por debajo de los competidores de las ligas desarrolladas, tal como veníamos señalando hace años en los informes de Competitividad Mundial (IMD-U. de Chile). Sin embargo, esta mayor recaudación es un objetivo numérico, no una lucha valórica. El problema es complejo pero debiera buscar hacerse de manera de generar el menor impacto posible en el desempeño económico actual y futuro, y en la calidad de vida de las personas.

Si recaudo US$ 8.000 millones desde el sector privado, pero eso significa que disminuye la inversión y no se crean 200.000 nuevos puestos de trabajo en el margen (que se generarían en el escenario base) entonces el Estado tendrá que destinar parte de los US$ 8.000 millones recaudados a subsidios para esas personas sin trabajo. Supongamos que fuera un subsidio equivalente a un salario mínimo de $ 200.000 mensuales o 
$ 2,4 millones al año (US$ 4.000 aprox). Ese sería un costo para el Estado de 200.000 empleos por US$ 4.000 lo que es igual a US$ 800 millones. Es decir un 10% de la recaudación se tendría que ir a esos subsidios
Los incentivos a la inversión son clave para los pequeños y medianos empresarios, que son los que generan más empleos. Eliminar o disminuir esos incentivos generarán impacto en el empleo, en el crecimiento, e incluso en una menor recaudación a través del IVA.

Es necesario ocuparse del objetivo, recaudar los US$ 8.000 millones para educación pública de calidad y que tenga el menor efecto en el empleo, en la inversión, ahorro y el emprendimiento. Esta reforma no debiera hacer más barato el consumo, o más caro el ahorro y la inversión; no debiera castigar el espíritu emprendedor y premiar la pasividad o el conformismo, y debiera apuntar a aumentar la libertad de crear y emprender.

Aboquémonos al objetivo, ese es el corazón de la reforma, eso es lo que Chile necesita y acordó. Y hagámoslo de una manera que afecte al mínimo el espíritu emprendedor y los empleos.

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