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Regulación de plataformas digitales

ANA MARÍA MONTOYA Economista, Red Procompetencia

Por: ANA MARÍA MONTOYA | Publicado: Viernes 5 de marzo de 2021 a las 04:00 hrs.
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ANA MARÍA MONTOYA

A nivel mundial, las plataformas digitales destinadas a contratar servicios personales han aumentado de 142 en 2010 a más de 777 en 2020, concentrándose principalmente en EEUU (29%), India (8%) y Reino Unido (5%). Y el debate se ha centrado en los efectos que estas plataformas tienen para un tipo de usuario: los oferentes de los servicios, como compradores de supermercados o conductores a domicilio.

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En este contexto, es crucial tener en cuenta el servicio que entregan estas plataformas. Ellas permiten a los oferentes de servicios y los consumidores interactuar de manera de maximizar el bienestar de estos dos tipos de usuarios.

La literatura económica muestra que las plataformas competirán agresivamente para que alguno de los usuarios realice single-homing, es decir, que se termine fidelizando o teniendo una relación de exclusividad con una plataforma de tal manera de lograr una suficiente masa crítica. Lo anterior, podría erigir barreras de entrada a sus competidores y a su desafiabilidad, lo que finalmente incidirá en el grado de poder de mercado que obtendrá la plataforma sobre sus usuarios.

Dado lo anterior, es necesario ser cautos y evitar que un cambio normativo en materia laboral -como el que está en discusión en Chile, Europa y EEUU - restrinja la libre competencia. Por ello es clave resguardar o evitar la exclusividad de los usuarios de un lado de las plataformas, como lo son los shopper o conductores, con una sola de ellas.

Actualmente, los shoppers o drivers se conectan y están disponibles en múltiples plataformas simultáneamente, otorgando flexibilidad y robusteciendo la competencia entre plataformas que prestan el mismo servicio. Por lo tanto, cualquier restricción que limite significativamente lo anterior podría restringir la competencia, favorecer la concentración y terminar perjudicando a ambos tipos de usuarios de la plataforma.

Asimismo, el dinamismo con que las plataformas pueden fijar tarifas óptimas o que maximicen las transacciones al lograr ajustarse al equilibrio de la demanda y oferta de servicios en cada momento, se dificulta al limitar externamente los pagos por hora, lugar en que el prestador debe estar disponible y los horarios en que deciden conectarse. Estos factores reducen la flexibilidad de los drivers o shoppers pudiendo afectar la competencia en el mercado. Lo que adicionalmente, podría reducir la cobertura del servicio afectando a las comunas más pobres o alejadas.

Finalmente, otro punto controversial tiene relación con la posibilidad de realizar negociaciones colectivas por parte de oferentes independientes que afecten variables de competencia como precios, reparto geográfico y calidad de servicio, con lo cual podría llevar a acuerdos colusivos entre los usuarios de un lado de la plataforma en desmedro de los usuarios del otro lado.

La rápida evolución de las plataformas digitales hace fundamental que las regulaciones que se establezcan sean analizadas comprensivamente, de manera de que minimicen cualquier tipo de distorsión que pueda finalmente perjudicar a los mismos usuarios de la plataforma. Aún estamos a tiempo.

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