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Regulación laboral para la nueva economía

Felipe Bunster Gerente General de Mutual de Seguridad CChC

Por: Felipe Bunster | Publicado: Viernes 1 de marzo de 2019 a las 04:00 hrs.
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Felipe Bunster

Lamentablemente hace un par de días, en nuestro país fallecieron en un accidente de tránsito dos personas que realizaban distribución de comida en motocicleta. Deteniéndose a analizar en frío el episodio, el ánimo no es cuestionar la existencia de las plataformas, porque de verdad aportan soluciones a la vida de miles de chilenos a diario, actividades que representan innovación y oportunidades. Nuestra preocupación es prevenir accidentes.

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Nuestras calles se han llenado de motociclistas y ciclistas que distribuyen productos que nosotros mismos hemos solicitado a través de aplicaciones y, muchas veces, bajo el propósito de entregar el mejor servicio posible y estimulados por incentivos que resultan perversos, ponen en peligro sus propias vidas y las de otras personas que circulamos por las vías.

Parece fundamental avanzar con la mayor prontitud en una adecuada regulación laboral de estas actividades, que sin perder la flexibilidad que es necesaria para este tipo de servicios, permita dar garantías, prevención y cobertura de los distintos sistemas de nuestra seguridad social.

En esta línea de ideas, nos parece que se deben evaluar los vínculos entre remuneraciones, incentivos o sanciones pecuniarias, y el cumplimiento de tiempos de distribución y/o entrega de los productos, de modo de evitar que el trabajador se exponga a situaciones de peligro para recibir o incrementar sus ingresos. No parece lógico exponer al repartidor a transitar a exceso de velocidad por nuestras calles para recibir su pago. En ese sentido, todos pasamos a ser los culpables de su conducta temeraria. También el uso de elementos de protección personal debe ser obligatorio y supervisado para los repartidores; estos pasan a jugar un rol clave tanto en la seguridad propia, como con la convivencia con el resto de la comunidad vial, como por ejemplo, condiciones de visibilidad para otros vehículos y peatones.

Los usuarios de estas aplicaciones deberíamos estar informados, así como las plataformas mismas tener especial cuidado con la selección de los conductores, capacitarlos permanentemente en habilidades de conducción, en seguridad vial y convivencia de modos, así como disponer de un sistema de seguimiento de las infracciones y de denuncias por parte de la ciudadanía. No hemos discutido aún lo importante que es controlar la extensión de las jornadas y los necesarios tiempos de descanso de los conductores. La mayoría de los conductores tienen ya trabajo formal de 9 a 18 horas y, de noche, a partir de la necesidad de obtener mayores ingresos, se conectan a la aplicación; es poco probable que al pasar tres o cuatro días bajo tal rutina estén en condiciones ideales para cumplir de manera segura con ninguno de sus roles.

No se trata de prohibir o dejar de lado estas aplicaciones, de hecho, todo indica que su uso continuará creciendo y evolucionando en los años venideros, razón por lo cual desde Mutual de Seguridad sostenemos que es indispensable una correcta regulación del sector y una incorporación a seguridad social de quienes participan de esta actividad. Pero también nos corresponde como empresas y ciudadanos tener un rol más activo para que con urgencia demos solución a los problemas planteados.

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