Columnistas

Resiliencia empresarial

presidente de masisa

Por: Roberto Salas | Publicado: Jueves 29 de septiembre de 2016 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

En estos días es muy importante hablar sobre la capacidad de resiliencia de las empresas. Esto significa, en palabras sencillas, la capacidad de recuperación frente a situaciones traumáticas.

Aún cuando su relevancia aplica para determinar desde la capacidad de recuperación de una persona o familia frente a una enfermedad o pérdida de un ser querido, hasta la capacidad de una ciudad, o un país de recuperarse ante desastres naturales o sociales; en el mundo empresarial cada día el tema está más presente por los desafíos y vulnerabilidades que presentan las incertidumbres y las debilidades de los gobiernos corporativos.

Si los eventos personales están ligados a la resiliencia sicológica, los desastres que provocan pérdida dramática del equilibrio medio ambiental lo están a la resiliencia ecológica. Los problemas sociales, como revoluciones que generan descomposición institucional o desconfianza en un país, necesitan de resiliencia social, e incluso política. Desde este punto de vista, cuando una empresa enfrenta cambios bruscos y severos en mercados, ya sea del lado de oferta o de la demanda, o cambios disruptivos en lo tecnológico o regulaciones, o simplemente cayó en una falla interna traumática, la resiliencia empresarial se pone a prueba.

De aquí nace una pregunta relevante. ¿Por qué unas personas, familias, empresas, organizaciones, ciudades o países son más resilientes, o pueden recuperarse mejor que otros ante la adversidad?

La recuperación personal ante pérdidas dolorosas depende de factores como el grado de autoestima y seguridad. En lo ecológico, es importante la capacidad de auto regeneración del hábitat. En el caso empresarial, depende de la capacidad de interacción y autogestión de los grupos. En ciudades y países, lo fundamental es la capacidad de organización y nivel de confianza entre los diversos actores.

Profundizando en el nivel empresarial, en un mundo con nuevos paradigmas en formación, como mayor volatilidad e incertidumbre, avances tecnológicos más rápidos y disruptivos, públicos más diversos y exigentes, y confusión entre la información pública y privada; la capacidad de resiliencia depende cada vez más de: 1) El nivel de atención y entendimiento de las fuerzas económicas, tecnológicas, ambientales y sociales. 2) La fluidez de la comunicación al interior de la empresa, así como en el exterior en los temas relevantes. 3) La existencia de vasos comunicantes que permitan una mayor influencia y capilaridad de los liderazgos, conectándolos mejor con los grupos involucrados, facilitando la interacción y la creación de soluciones. 4) El nivel de dominio por parte de los colaboradores de sus capacidades para gestionar resultados como equipos.

El tomar conciencia de esta capacidad virtuosa puede ser aprovechado para adaptar los liderazgos, provocar la construcción de un tejido social más amplio y organizado a lo largo de la empresa, y así construir la virtud más sólida de toda institución humana: el nivel de confianza entre unos y otros, sin suposiciones.

Lo más leído