Rodrigo Aravena

Instituciones y crecimiento

Rodrigo Aravena González Economista Jefe Banco de Chile

Por: Rodrigo Aravena | Publicado: Lunes 15 de marzo de 2021 a las 04:00 hrs.
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Durante las últimas semanas hemos hablado mucho más sobre crecimiento económico. En gran medida, ello ha sido consecuencia de algunos factores como el exitoso plan de vacunación que está llevando Chile (que nos ha posicionado como líder a nivel global) y la implementación del histórico paquete de estímulo fiscal aprobado en EEUU (cercano a los 10 puntos del PIB), entre otros. En este contexto, es válido preguntarse, ¿realmente podemos esperar un alza en el crecimiento para Chile? Pese a que esta pregunta pueda parecer, a priori, incluso obvia, mi respuesta será la siguiente: depende. Sí, tal como lee, no es para nada obvio que el crecimiento de Chile en el futuro sea sustancialmente mayor.

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En gran medida, creo que las perspectivas de Chile dependen del horizonte bajo el cual queramos realizar el análisis. Indudablemente, para el corto plazo tendremos una mejora en el crecimiento económico, con una expansión que incluso podría superar el 6% este año. Sin embargo, debemos reconocer que, si bien los factores que estarían impulsando la economía provienen de diversas fuentes, todos ellos tienen un aspecto en común: son transitorios. Por ejemplo, un plan fiscal de la envergadura que tiene el recientemente aprobado en EEUU no puede ser permanente. Lo mismo ocurre con el alza del precio del cobre, ya que la eventual ralentización que tendrá China en algunos meses más no asegura mejores precios de forma indefinida. A nivel local, las medidas expansivas que prevalecerán este año también tendrán que normalizarse en algún momento, y el proceso de inmunización adelantará el timing de la normalización en niveles de movilidad. Todos estos factores son relevantes para el corto plazo.

Sin embargo, no podemos decir lo mismo de nuestro crecimiento potencial. Todos los elementos a los que he hecho referencia son relevantes sólo para el ciclo, pero no necesariamente tienen efectos en el largo plazo. Si de algo estamos seguros es que la capacidad de crecimiento no depende del aumento del precio del cobre por un par de años, ni mucho menos de una expansión fiscal en medio de una crisis. No es necesario extenderse mucho sobre este punto, ya que no debemos ir muy atrás en el tiempo para ver que el increíble salto en el crecimiento de Chile entre los años 80 y parte de los 90 no estuvo explicado por mayores niveles de gasto (es más, ocurrió lo contrario) ni tampoco por un impulso externo particularmente favorable (los países de América Latina destacaron por un sinnúmero de crisis). Lo que realmente impulsó el PIB fue el trabajo que se hizo en el país, principalmente a través de un fortalecimiento institucional y una serie de reformas macro que propiciaron ganancias de productividad. Esta situación no fue solo un fenómeno local y puede ser encontrado en un sinnúmero de países que han mejorado su capacidad de crecer.

Por lo tanto, antes de responder la pregunta que planteo al inicio de esta columna, debiésemos aislar el impulso de este año y centrarnos en lo que estamos haciendo para lo realmente importante hacia el largo plazo, con temas que pasan por la calidad de las instituciones, implicancias de largo plazo de las reformas y otros aspectos quizás más alejados de la macro pero tanto o más importantes, como son el orden público y el Estado de Derecho. Debemos estar especialmente enfocados en realizar un buen trabajo en estas áreas, más aún al considerar la discusión constitucional que se iniciará en el muy corto plazo. La buena noticia, es que estamos a tiempo de hacer un buen trabajo, y también tenemos la oportunidad no sólo de preservar, sino también reforzar, aquellos factores que fueron determinantes en el desarrollo de Chile.

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