Sergio Lehmann

Potencial económico de la mujer

Sergio Lehmann Economista Jefe de Bci

Por: Sergio Lehmann | Publicado: Lunes 1 de abril de 2019 a las 04:00 hrs.
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Tenemos que tomarnos la tarea que indica el título en serio. No sólo por una cuestión valórica y social, sino porque además conlleva un efecto económico potente. Las mujeres son fundamentales para que con su aporte se amplíen nuestras capacidades de producción, dando un impulso al crecimiento y al bienestar social. Si bien ha habido un progreso importante en los últimos años en esta materia, aún aparece insuficiente. De acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo, en 2000 la participación de la mujer en la fuerza laboral en edad sobre 25 años en Chile era de tan sólo 37%. Hacia 2010 sube a 47% y cifras para 2018 apuntan a 52%. La del hombre, en tanto, ha fluctuado en torno a 78% de participación.

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Esta es una diferencia aún demasiado importante. Hoy estamos a la par con la región, pero aún distantes de las cifras de participación femenina de 60% que vemos en Noruega, país caracterizado por la inclusión.

Es importante incorporar en el análisis no sólo el componente social, sino que además el impacto económico que genera una mayor participación de la mujer en el mercado laboral. Una estimación gruesa sugiere que si en un espacio de 10 años alcanzamos las cifras de Noruega, la economía experimentaría un crecimiento 0,2% extra cada año. Una serie de factores hacen ver con cierto optimismo esa posibilidad.

Primero, vemos un fuerte movimiento social que empuja en esa dirección. Segundo, se han impulsado iniciativas que permiten abordar de forma más efectiva las dificultades que enfrentan las mujeres para compatibilizar trabajo y maternidad. Y tercero, tal como el Banco Central da cuenta en un estudio reciente, la participación femenina de las nuevas generaciones crece aceleradamente. Hace 20 años, sólo el 50% de mujeres entre 25 y 34 años participaba en el mercado del trabajo. Esa cifra hoy es de 70%, centrada especialmente en el sector servicios, que ha crecido de forma sostenida en los últimos años, tal como señala el documento del Banco Central. En consecuencia, sumando estos elementos, los índices de inclusión laboral femenina irán subiendo gradualmente en Chile.

A pesar de lo anterior, aún persisten factores culturales que llevan a que el proceso sea lento, generando además persistencia en las diferencias salariales que se advierten entre hombres y mujeres. Necesitamos más mujeres ingenieros, científicas, ejecutivas y operadoras de maquinarias. Producto de nuestra herencia cultural, de forma inconsciente en los colegios y a nivel preescolar, algunos profesores, así como las propias familias, tienden a estimular más a los niños en materias como matemáticas y física, y a las niñas en los ámbitos sociales y artísticos, generando sesgos de selección en el trabajo que desempeñarán al momento de alcanzar la adultez.

Al mismo tiempo, la evidencia científica apunta a que por factores biológicos, el aprendizaje y captación de conceptos de niños y niñas es diferente, llevando también a estas distorsiones, dadas las inflexibilidades en los métodos de enseñanza que hoy se aplican, más cercanos a lógicas de la revolución industrial que a la sociedad del conocimiento. Es importante que ello se vaya corrigiendo, de forma de continuar avanzando en reducir las brechas salariales y de ámbitos de trabajo de hombres y mujeres. Esto tomará varias décadas, pero traerá consigo un impulso económico y ganancias de bienestar, esenciales para que podamos reafirmar nuestra senda al desarrollo.

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