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Sincerando expectativas

Gustavo Díaz economista Instituto Libertad

Por: Gustavo Díaz | Publicado: Martes 18 de julio de 2017 a las 04:00 hrs.
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Un fuerte ajuste a la baja realizó el gobierno en materia de crecimiento económico en 2017, desde un 2,25% previsto en septiembre del año pasado a sólo un 1,5% estimado actualmente, lo que deja en evidencia el letargo que afecta a nuestra economía y en el que las políticas públicas tienen una responsabilidad directa.

Sin embargo, lejos de tomar cartas en el asunto y revertir esta preocupante tendencia, las autoridades económicas parecen resignadas a tener que recortar la estimación de crecimiento en forma sistemática. Si en 2016 el ministro Valdés tuvo que corregir la apreciación de expansión en dos oportunidades, primero en marzo cuando la ajustó a 2% y luego en julio cuando la rebajó a 1,75%, ahora en 2017 parece ir preparando la misma fórmula que tan malos resultados ha generado.

Cabe señalar que 2016 terminó exhibiendo finalmente un dinamismo de 1,5% de acuerdo a las cifras del Banco Central, y lo más probable es que 2017 termine con un crecimiento aún menor, pues hasta mayo se acumula una expansión de 0,4%, con lo que el presente ejercicio sin duda acusará la progresión más baja desde 2009, en medio de los coletazos de la crisis subprime.

Con este ajuste a la baja el gobierno no hace más que sincerar una situación ampliamente conocida en el mercado, algo que ya lo había anticipado el Banco Central en su Informe de Política Monetaria de junio, cuando rebajó el rango de crecimiento estimado desde 1% - 2% a uno entre 1% y 1,75%.

Por otra parte, cabe recordar que el Presupuesto público para este año fue elaborado pensando en una expansión del PIB en torno a 2,25%, por lo que este ajuste a la baja abre la puerta para que el gobierno realice un nuevo ajuste fiscal, al igual que como ocurrió en 2016.

Si bien el gobierno ha desestimado esta posibilidad, basado en una recuperación en el precio del cobre y en la dinámica de las exportaciones mineras, lo cierto es que las proyecciones económicas parecen no ser la principal fortaleza de la autoridad económica, por lo que el desenlace aún está por verse. Además, llama la atención el hecho de que pese a elevar la estimación para el precio del cobre, desde US$ 2,2/lb a US$ 2,5/lb, el dinamismo del PIB baja desde 2,25% a 1,5%, ¿acaso la desaceleración no era en parte por el bajo precio del metal rojo?

En concreto, con este ajuste en el escenario macroeconómico, el gasto público pasará de crecer un estimado 2,7% a nada menos que 4% este año, tomando como base la ejecución presupuestaria alcanzada en 2016. Y con ello el balance efectivo se estima alcance -3,1% en 2017, completando cinco años consecutivos en rojo, mientras el balance estructural se prevé que exhiba un -1,7% del PIB.

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