Tomás Sánchez

Cornershop y la transformación cultural

Tomás Sánchez Valenzuela Director Accenture Digital @TomsAwaki

Por: Tomás Sánchez | Publicado: Viernes 28 de septiembre de 2018 a las 04:00 hrs.
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Afortunadamente, en las últimas semanas no sólo fue noticia la venta de Cornershop a Walmart, sino que también el hecho de que casi no hubo inversionistas chilenos en etapas tempranas de este exitoso emprendimiento. Afortunadamente, digo, porque ha puesto el tema sobre la mesa y está abriendo los ojos de muchos que antes no querían ver.

A su vez, en el último año, el mundo empresarial ha empezado a hablar de transformación digital, un término amplio que da para cualquier cosa. Desde comerciales en la radio, hasta memes amenazantes sobre el futuro, pasando como concepto decorativo para cualquier proyecto. Suena a que tiene que ver con tecnología e innovación, pero la verdad es que es cultural. Tal cómo el caso de Cornershop.

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Hoy existen alrededor de 180 unicornios en el mundo, startups que han superado la barrera del billón de dólares en valoración y se han mantenido privadas, siendo Uber el líder. Los mercados que han logrado desarrollar un mercado de venture capital maduro y capaz de financiar rondas avanzadas son pocos, principalmente Estados Unidos, seguido de China, Inglaterra e Israel. Pero esto no significa que Chile se quede fuera. Son números, estructuras de negocios y magnitudes que pueden sonar lejanos, pero en un mercado globalizado y sin barreras, simplemente hay que entender el rol de cada uno. Eso fue lo que Cornershop entendió bien y la oportunidad que tiene Chile también.

El nuestro es un buen mercado para pilotear: pequeño, poco corrupto, estable y avanzado en varios aspectos de conectividad. Una vez validado el negocio, lo correcto es dar el salto a un mercado más grande, donde se invierte en crecer rápido (no en buscar números azules), buscar liderar (y ojalá crear) una nueva categoría, siendo atractivo a los ojos de inversionistas globales. En ese juego, las primeras rondas, las llamas “seed” y “ronda A”, es donde radica la oportunidad para los inversionistas locales. Invertir en emprendimientos que son aún invisibles para los grandes players, y jugar un rol clave en la cadena de financiamiento de un emprendimiento para alcanzar escalas globales.

De forma análoga, si las empresas locales quieren aprovechar las oportunidades de un nuevo mercado cambiante y globalizado, la evolución no pasa simplemente por “meterle más chips a la olla”. La real transformación pasa por replantear la estrategia, modelo de negocio y operacional, dado que en un mercado global existen habilitadores tecnológicos que antes no estaban ahí.

Tal como el desafío para los inversionistas locales pasa por mirar un mercado al que antes no le prestaban atención y entender cuál es su rol en él, las empresas deben entender cómo han cambiado las reglas de juego, cuáles son las oportunidades que se presentan y cuál es el nuevo rol por jugar. El desafío no es tecnológico, es cultural, tanto para potenciar el emprendimiento en Chile, como para asegurar el éxito empresarial.

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