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TPP-11, una oportunidad para no dejar pasar

Gina Ocqueteau Emprendedora

Por: Gina Ocqueteau | Publicado: Jueves 10 de marzo de 2022 a las 04:00 hrs.
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Gina Ocqueteau

Países geográficos aislados como Chile obtuvieron muchas ventajas al firmar tratados de comercio con otras naciones, entre ellas el incremento del flujo de inversión extranjera, el acceso a mercados más amplios, conexión y compromiso con aliados estratégicos, la eliminación de barreras arancelarias, y el aumento de confianza y estabilidad general.

Por eso, el TPP-11 es una gran oportunidad para Chile, al tratarse de un acuerdo comercial que involucra a 11 países del Asia Pacífico con el objetivo de contribuir al crecimiento económico y que ofrece mejores oportunidades que las negociadas en los acuerdos bilaterales vigentes que Chile tiene con los países miembros del tratado. El problema es que, pese a que nuestro país impulsó el acuerdo hace algunos años y luego fue suscrito por la Presidenta Michelle Bachelet en marzo de 2018, éste aún no es ratificado y sigue pendiente su aprobación por la Sala del Senado.Imagen foto_00000003

Si es aprobado, el TPP-11 abrirá más de tres mil oportunidades de exportación a productos chilenos provenientes de sectores agrícolas, forestales, pesqueros, lácteos y carnes, los que ingresarán con arancel cero a mercados tan importantes como Japón, Vietnam o Canadá. También impactará en los niveles de empleo, porque según cifras del Gobierno, un 44% de las exportadoras del país comercializarán sus productos a los mercados del acuerdo, mostrando cerca de 800 mil empleos en el sector a nivel nacional.

Además, este acuerdo es el primero que incorpora un capítulo sobre las PYME y facilita su internacionalización, que muchas veces no logran alcanzar debido a sus menores volúmenes de producción y elevados costos. Entre las medidas para ellas destacan instancias de intercambio exclusivas, adjudicación de licitaciones públicas a empresas de menor tamaño, y facilidades para el comercio electrónico. Incluso los productos manufacturados en nuestro país podrán salir al mundo con el sello “Hecho en Chile”.

Cuesta comprender que el Congreso no considere todos estos beneficios para la economía del país en un contexto económico mundial tan preocupante como el que vivimos actualmente: la inflación de precios alcanzó en Chile un 7,2% en 2021, la pandemia afectó negativamente en las cifras de empleo y éstas aún no pueden recuperarse por completo, especialmente en el caso de las mujeres. Y desde luego, la actual crisis entre Rusia y Ucrania tendrá un “impacto severo” en la economía mundial, según el FMI, especialmente para quienes tienen vínculos comerciales con ambos países. En el caso chileno, las exportaciones hacia allá se han visto suspendidas o han debido ser redestinadas, como fue el caso del salmón en Rusia.

Considerando todos estos factores, no podemos dejar pasar la oportunidad de abrir nuevas opciones y mercados para nuestras exportaciones. El tratado entró en vigencia a multas de 2018 y mientras otras naciones ya ven sus buenos resultados, cada día que pasa nos hace perder competitividad frente a países que comercializan productos similares a los nuestros.

Esperamos que las autoridades legislativas pertinentes puedan reconsiderar su postura actual y acelerar el proceso de integración de la economía chilena a este acuerdo que, en medio de la incertidumbre mundial, será capaz de entregar beneficios a empresas, trabajadores, agricultores y consumidores.

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