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Transformaciones para el crecimiento

Sebastián Sichel Vicepresidente Ejecutivo de Corfo

Por: Sebastián Sichel | Publicado: Jueves 21 de marzo de 2019 a las 04:00 hrs.
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Sebastián Sichel

El mundo cambia a una velocidad que exige ser cada día más flexibles para contar con capacidades que nos ayuden a adaptarnos a los nuevos desafíos. En los últimos 10 años, empresas como Amazon, Facebook y Apple desplazaron a los gigantes corporativos que lideraron el mercado bursátil en los 90 (Bloomberg 2017). Otro dato es que al ritmo actual, un 50% de los empleos tal y como los conocemos podría automatizarse (McKinsey, 2016). Con el cambio, además, se crearán nuevas oportunidades de negocio y miles de nuevas ocupaciones.

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Con un mercado que permite transacciones más allá de cualquier forma física, la capacidad de nuestras empresas para ser competitivas es crucial. Y para ello requieren una cancha pareja, que resuelva las fallas de mercado y les permita desarrollar destrezas, capacidades y oportunidades. La propuesta de #modernizacióntributaria impulsada por el Presidente Piñera apunta en esa dirección. Un sistema tributario simple, equitativo y que promueve la inversión es una estrategia robusta para que nuestras empresas sean más competitivas y sigan emprendiendo e innovando, y, por lo tanto, agregando valor.

¿Qué relación tiene un sistema tributario con el emprendimiento y la innovación? Todo. Un sistema simplificado permite, en lo más básico, que las empresas focalicen recursos y esfuerzos en lo que realmente las distingue: producir sus bienes y servicios. Todas las pymes (de hasta 50.000 UF de ingresos) podrán acceder a una propuesta de declaración hecha por el mismo Servicio de Impuestos Internos, reduciendo trámites y tiempo. En cifras del mismo SII para 2017, estamos hablando de más de 200 mil empresas que contribuyen con cerca de 50% de los puestos de trabajo en el país.

Un sistema tributario equitativo establece reglas claras y justas para los participantes, pero además estimula la entrada de nuevos emprendedores, al otorgar certeza jurídica respecto de la aplicación de la ley. Esto no es trivial: para que Chile alcance el desarrollo, debemos ampliar la base de nuestra economía facilitando el ingreso de nuevos actores. Si bien exhibimos un notable desempeño en intención emprendedora respecto de nuestros pares en América Latina (GEM 2018), contamos con la menor participación laboral de mujeres comparados con la OCDE (40% versus 60%).

Además, un esquema que promueve la inversión productiva mediante la depreciación acelerada, incentiva el recambio tecnológico de las máquinas y equipos que usan las empresas para generar sus productos. Esto es una potente señal, cuando consideramos que Chile debe acelerar la incorporación de tecnologías en sus procesos productivos para no quedar fuera de la Cuarta Revolución Industrial. Nuestro país cuenta con grandes avances en esta materia, pero cuando nos comparamos con economías desarrolladas llegamos a uno de los índices más bajos de digitalización: 5%, comparado con EEUU (18%) y UK (17%), según datos de McKinsey en 2017.

Nuestra economía requiere agregar valor, actores y territorios si queremos llegar al desarrollo. Requiere competir contra la concentración de la riqueza y del poder, nivelando la cancha para las pymes y disminuyendo la burocracia. Esa es la tarea que como gobierno enfrentamos y leyes como la modernización tributaria o el Pago a 30 días son las claves.

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