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Turismo chino, abrir las puertas

Andrea Mella Centro Regional de Institutos Confucio para América Latina, master de la Beijing International Studies University.

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Siendo Chile un país con gran potencial turístico, debemos ser capaces de replantearnos la industria e identificar los mercados con gran potencial, como el turismo chino.

El números de ciudadanos chinos que nos visita está creciendo anualmente, y a junio de este año ya se registraban 21.468 ingresos, un aumento de 4.7% respecto de igual períodos hace un año. Aunque no son muchos en comparación con brasileños o argentinos, los chinos tienen un mayor presupuesto de gasto en sus viajes y, debido a la distancia, suelen permanecer más días.

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El turismo chino es un nicho relativamente nuevo en la región, y por lo tanto, una oportunidad para Chile de diversificar su oferta turística, incorporar nuevos segmentos y disminuir la dependencia del turismo estacional.

¿Estamos preparados para recibir a los turistas chinos? Ciertamente no. Aunque el interés desde la industria ha aumentado, otras regiones que reciben un volumen mayor de turistas chinos hacen mucho más. En España, por ejemplo, tienen programas de adaptación turística; seminarios y capacitaciones para los guías; empresarios hoteleros y gastronómicos; museos, municipalidades, corporaciones turísticas, etc. Esto acompañado de una iniciativa a nivel nacional, el Plan Turismo Chino, implementado en 2012.

Nuestra aparente desventaja, la lejanía geográfica, es más una oportunidad de diferenciarnos como un destino único. Debemos potenciar las experiencias exclusivas e identificar posibles “ganchos”, como la 4ª Conferencia Mundial sobre Turismo Enológico de la Organización Mundial de Turismo, que se desarrolla la próxima semana en nuestro país.

¿Qué es lo que el turista chino quiere ver en Chile? Algo que no tenga en su propio país y por lo cual valga la pena viajar al otro lado del planeta: los mejores cielos del mundo, los misterios de Rapa Nui, la belleza de los glaciares y la Antártica, el desierto florido, los valles del vino. En base a estos recursos es posible diseñar experiencias únicas, con alto valor agregado, enfocadas en grupos con intereses específicos (astroturismo, turismo antártico, turismo aventura, enoturismo).

Para lograr un servicio de excelencia es clave comprender la cultura china, y eso implica adaptar nuestra oferta turística con guías que manejen el chino mandarín, una industria hotelera con conocimientos de protocolo chino, instalaciones personalizadas para estos huéspedes, experiencias turísticas acorde a sus intereses. No siempre se requiere gran presupuesto, sino considerar detalles que hagan la diferencia y los posicionen frente a los turoperadores y turistas.

En mi experiencia, por lo general el turista chino no espera que en América Latina hablen su idioma o entiendan su cultura, por lo que cualquier señal en esa dirección será muy bien recibida y marcará una gran diferencia con el resto de la oferta turística. Éste es un excelente momento para tomar la iniciativa desde la industria turística y comenzar a tomar acciones que, en un futuro cercano, seguro darán frutos.

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