Columnistas

Un cambio de paradigma en el sector eléctrico chileno

Profesor Magister Economía Energética, UTFSM

Por: Juan Carlos Olmedo | Publicado: Martes 13 de septiembre de 2016 a las 04:00 hrs.
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Heráclito en el siglo V a.C. decía “lo único constante es el cambio”. Los resultados de la reciente licitación de suministro para distribuidoras debe recordarnos estas palabras. A ello se agrega la próxima suscripción del acuerdo de reducción de emisiones de carbono de la COP 21, la mayor relevancia del costo marginal de largo plazo frente al costo marginal de corto plazo en las decisiones de inversión, las posibles interconexiones internacionales y aspectos medioambientales en la operación de centrales generadoras.

Así, se consolida el cambio de paradigma del sistema eléctrico que imperó hasta el 2007, en que el desarrollo del sistema se basaba en centrales termoeléctrica operando en “base” y centrales hidroeléctricas que complementaban el abastecimiento de la demanda. Desde hace un tiempo este paradigma empezó a mutar con la incorporación de las ERNC -fundamentalmente parques solares y eólicos-, llevando a las centrales térmicas a dejar de ser centrales de base y requerirles flexibilidad operacional, con el objetivo de cabida a la mayor participación que tendrán las ERNC en el sistema eléctrico.

Esto impone nuevos desafíos para todos los actores involucrados en el mercado eléctrico. A los inversionistas del sector los llevará a repensar sus proyectos en generación termoeléctrica, donde ya no serán competitivas aquellas grandes centrales generadoras diseñadas para operar a potencia máxima y deberán desarrollar estrategias operacionales para implementar flexibilidad en sus unidades existentes. Adicionalmente, deberán evaluar esquemas para desarrollar centrales de embalse que sean aceptadas por las comunidades y estudiar mecanismos para proveer servicios complementarios.

Para el regulador, en tanto, será relevante monitorear que existan los incentivos para el desarrollo de flexibilidad en el sistema eléctrico y adoptar las acciones normativas necesarias.

Por último, el nuevo coordinador del sistema eléctrico, que inicia funciones a partir del año 2017, tendrá que enfrentar el desafío de consolidar este cambio de paradigma operacional. Deberá incentivar la existencia de flexibilidad operacional en el Sistema Interconectado Nacional, diseñar mecanismos que aseguren su disponibilidad y gestionarlos eficientemente para asegurar tarifas competitivas al consumidor final y un suministro seguro y confiable.

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