Columnistas

Un programa científico inédito en Chile

Leonel Sierralta Director Científico ISUM (Iniciativas Sustentables para la Minería)

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"Relaves al Mar, Un Peligro Inminente", se titula el artículo escrito por el director de la ONG Ecosistemas, Juan Pablo Orrego, que fue publicado en varios medios y en la misma página web de su organización. Me gustaría utilizar esa publicación como punto de partida para una discusión seria respecto a un tema que tiene repercusiones para el desarrollo del país y que tiene que ver con el futuro de la minería y el problema ambiental que generan sus residuos.


El seminario organizado por la Organización Marítima Internacional (IMO), realizado en Lima, que Orrego cita en su artículo, mostró tres cosas muy relevantes. Primero, que existen experiencias internacionales de depositación de residuos mineros en el mar desde hace décadas. Segundo, que esas depositaciones pueden ser aberrantes (por ejemplo el caso de Togo, en que la depositación de residuos de fosforita se descarga desde una tubería hacia la playa). Y, tercero, que ha habido, hay y se estudian futuras descargas al mar a gran profundidad y que son autorizadas en países desarrollados con protocolos de evaluación ambiental exigentes y basados en ciencia.


¿Cuál es el denominador común de los países que han optado por este método? La confluencia de dos situaciones: presencia de minerales y poco territorio. En efecto, en los países que Orrego indica en su artículo (Nueva Guinea, Indonesia, Canadá, Noruega) la característica común es la ausencia de territorio disponible para depositar residuos mineros y la necesidad de explotar minerales. En el caso de Indonesia y Nueva Guinea, a esa condición, se suma una gran pluviosidad (mayor a 2.000 mm/año) que hace inviables los depósitos en tierra, por cuanto éstos rápidamente se llenarían de agua, con el consiguiente riesgo de colapso e incremento de la reactividad de los relaves en presencia de agua dulce y oxígeno.


Aterrizando el tema a Chile, la idea de estudiar el vertimiento de relaves en fondos marinos, no tiene que ver con el deseo de vastos y todopoderosos consorcios de negocios ligados a la gran minería, como indica Orrego en su artículo. Se trata de investigar alternativas, dada la escasez de territorio disponible en la zona central. Nada más. La idea no es obtener permisos de disposición de residuos en playas, sino sólo de evaluar una opción, mediante la ejecución de un programa científico riguroso de mediano plazo (5 años), realizado con las mejores universidades e investigadores, con un panel nacional independiente y supervisión internacional del más alto nivel.

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