Editorial

Acuerdo de paz en Colombia

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Tras 52 años de guerra, centenares de miles de víctimas fatales y desaparecidos, además de millones de desplazados por la violencia, el gobierno colombiano encabezado por el presidente Juan Manuel Santos y los guerrilleros de las FARC liderados por Rodrigo Londoño, Timochenko, firmaron un acuerdo de paz este lunes en la amurallada ciudad de Cartagena de Indias.

La rúbrica de los términos concordados se dio en un escenario altamente emotivo y ante la presencia de quince presidentes, entre ellos Michelle Bachelet, y varios dirigentes de organismos internacionales y delegados de gobiernos.

La negociación duró años, con varios altibajos, y lo acordado aún debe superar una valla trascendental este domingo, cuando los colombianos deberán votar en un referendo Sí o No a los términos concordados. Hay una cuota de incertidumbre sobre el resultado porque hay detractores, como el ex presidente Alvaro Uribe, que considera que el acuerdo es excesivamente beneficioso para los guerrilleros.

Lo sellado este lunes claramente no es perfecto, como ha admitido el presidente Santos, pero las ventajas del acuerdo en paz y mejores expectativas de vida para la población colombiana son un buen aliciente.

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