Editorial

Ajuste en gastos del aparato estatal

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Uno de los sellos con los que el gobierno de Sebastián Piñera ha querido marcar su segundo período presidencial ha sido el cuidado de los recursos estatales y, sobre todo hasta ahora, cómo se gastan en la administración central. En el consejo de gabinete del miércoles, a propósito de que se cumplía el primer mes de su mandato, brindó con un vaso de agua con sus ministros para simbolizar, dijo, el esfuerzo de austeridad que se pretende hacer.

El primer paso en este empeño fue un instructivo de ahorro fiscal enviado por el Presidente Piñera y por el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, a todas las reparticiones del Estado, en el que se establecían una serie de medidas tendientes a lograr un ahorro anual de US$ 122 millones. Esta semana el gobierno emitió un segundo instructivo, esta vez dirigido a 30 empresas públicas, incluyendo algunas autónomas, como Codelco y Metro.

Tanto para la administración central como para las empresas estatales el control de gastos se refiere fundamentalmente a viajes, viáticos, vehículos, horas extras, papelería, en fin.

Aunque complicado y desafiante, el esfuerzo de austeridad anunciado está muy lejos de ser suficiente y seguramente se anunciarán medidas adicionales. Se requerirán ahorros mayores, muy mayores, si lo que se busca es cumplir con el programa de gobierno y al mismo llevar las cuentas fiscales a mejores estándares.

Es, sin embargo, una tarea a todas luces loable, considerando que los recursos son siempre escasos y que la gran mayoría de las veces el gasto burocrático tiene usos alternativos mucho más productivos y de beneficio para quienes de verdad lo necesitan en los servicios públicos y en los programas sociales.

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