Editorial

Brasil tras la votación del juicio a Temer

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A comienzos de agosto el presidente de Brasil Michel Temer sobrevivió a una votación en el congreso para un juicio político por acusaciones de corrupción.

Pero todavía está en duda si se trata solo de un triunfo simbólico o retuvo suficiente influencia para sacar adelante su ambiciosa agenda antes de que termine su período, en 2018.

Temer está impulsando una reforma tributaria y de pensiones con las que busca equilibrar las cuentas públicas, cortando miles de millones del gasto. Brasil destina actualmente 13% del PIB al pago de pensiones, pero esa cifra se disparará a 2060, a medida que el número de jubilados crezca 263%.

El fin de semana Temer se reunió con un grupo de parlamentarios para evaluar sus opciones. El plan es retomar la ofensiva votando esta semana la eliminación de beneficios tributarios a la contratación de trabajadores, en la primera prueba de fuego para el legado del mandatario.

El gobierno tiene margen hasta comienzos de septiembre para sacar adelante la reforma de pensiones en la cámara de diputados. Para ello Temer necesita 308 votos, pero hasta ahora solo tendría 280, más o menos los mismos que lo salvaron del impeachment.

Sin embargo, el propio Temer ha reconocido que podría verse obligado a ceder y aceptar un plan de reformas menos ambiciosas. Por su parte, el fiscal general Rodrigo Janot ha advertido que las denuncias contra el mandatario podrían reactivarse a medida que siga avanzando la investigación y se concreten más acuerdos de delación compensada.

De las respuestas a estas interrogantes dependerá en gran medida el futuro de la mayor potencia económica de Latinoamérica.

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