Caída en el número de huelgas
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En los primeros siete meses del año, y en medio de un complejo cuadro económico y en plena discusión del proyecto de reforma laboral que tenía como principal bandera fortalecer a los sindicatos, las cifras oficiales de la Dirección del Trabajo en materia de conflictividad laboral dieron cuenta de una disminución en el número de huelgas aprobadas por los trabajadores.
De acuerdo con los antecedentes desplegados en una línea de tiempo más amplia que incorpore la realidad de que un sustantivo número de los contratos colectivos tienen vigencias de dos y tres años, los datos oficiales muestran que las 381 huelgas aprobadas a lo largo del año representan el menor número desde 2012, lo que a juicio de los especialistas consultados confirma que la menguada situación económica lleva a los trabajadores a evitar el conflicto y a las empresas a preparar las negociaciones de mejor manera y con más antelación.
Hacia adelante las visiones difieren, con analistas que creen que a partir de la reforma laboral aprobada es probable que los conflictos escalen, mientras que otros estiman que dicha pulsión se verá contrastada por la dura realidad económica que en el mejor de los casos se mantendrá en niveles de depresión similares a los de los últimos tres años.
La descrita situación representa una disyuntiva desalentadora para la dinámica laboral en el país, una que se debate entre la propensión al conflicto y represión de estos por la mala situación económica. Pobre ecuación para un mercado del trabajo sometido a retos de gran envergadura y que reclaman a gritos lógicas más flexibles y una mayor adaptabilidad en la operación productiva de las empresas.
