Editorial

Cambios a la reforma laboral

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El ministro del Trabajo y Previsión Social, Nicolás Monckeberg, ratificó esta semana la necesidad de corregir ciertos aspectos de la reforma laboral, que el mes pasado cumplió su primer año de vigencia.

Los ajustes también alcanzarían a los pactos de adaptabilidad, pues existe un claro interés de parte de la administración Piñera de ampliar el número de estos acuerdos.

Todo lo anterior, de acuerdo a lo planteado por el secretario de Estado, bajo la lógica de que la Dirección del Trabajo cuenta con la potestad para contribuir -mediante dictámenes- a una correcta interpretación de la nueva norma.

Esta reivindicación del rol de la DT representa una positiva señal para el mundo empresarial y asesores laborales -no así para el mundo sindical-, pues las diferencias de opinión con los tribunales han sumado incertidumbre.

Dado precisamente este contexto de dudas que pareciera imponerse con más fuerza sobre la aplicación de la nueva legislación, es esperable que la disposición del ministro Monckeberg a realizar modificaciones a la reforma se haga eco de distintas visiones -partiendo por el diagnóstico del Consejo Superior Laboral-, de tal forma de hacer una real contribución a la legitimidad de cualquier ajuste.

Otro punto crucial es que la autoridad y los actores involucrados consideren los desafíos que plantean los nuevos tiempos. La ola tecnológica -como ya es evidente- está generando diversos impactos en la sociedad y una de esas dimensiones son las empresas y sus trabajadores.

Preparar a la población para la desafiante realidad representa un reto en pos de beneficios de mediano y largo plazo.

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