Editorial

Crisis del sistema político en Perú

  • T+
  • T-

Compartir

Tras varios meses de confrontaciones, Pedro Pablo Kuczynski presentó la semana pasada su renuncia a la presidencia de Perú. Pese a la turbulencia generada, muchos observadores destacaron que la crisis política fuera resuelta a través del cauce institucional, con la designación de Martín Vizcarra, el exvicepresidente, como nuevo gobernante.

El apacible traspaso de mando marcó un evidente contrapunto con Venezuela, donde las autoridades tienen bloqueado el cauce institucional dispuesto para la resolución de conflictos, para evitar así la alternancia en el poder.

Sin embargo, lo ocurrido en Perú está lejos de ser una buena noticia. La salida de PPK fue precipitada por la difusión de videos que supuestamente comprometían al gobierno en la compra de votos, una práctica que recordó el modo de operar de Vladimiro Montesinos, el siniestro jefe de inteligencia de Alberto Fujimori, y sus “vladivideos”.

El colapso del gobierno refleja además una crisis del sistema de partidos. A diferencia de otros países de la región, en Perú existe un amplio acuerdo sobre el modelo económico, y tanto la saliente administración de PPK, como el principal grupo opositor, Fuerza Popular, promueven la apertura comercial y la inversión privada.

Pese a ello, la facción liderada por Keiko Fujimori, encabezó desde el comienzo del anterior gobierno una campaña de obstrucción legislativa, a través de sucesivas impugnaciones a los ministros que obligaron a constantes cambios de gabinete.

Tras el cambio de gobierno, esta crisis del sistema político mantiene vivas las dudas sobre la gobernabilidad del país, y amenaza su capacidad de capitalizar los buenos fundamentos de su economía.

Lo más leído