Editorial

Debate sobre gratificaciones

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l proyecto de ley que busca aumentar el pago de gratificaciones de las empresas a sus trabajadores genera un entendible debate. Este pago ya está contenido en la legislación, estableciéndose que las empresas que obtengan utilidades deberán gratificar anualmente a sus trabajadores en un monto global no inferior al 30% de los excedentes obtenidos.

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Sin embargo, el mismo cuerpo legal ofrece a las empresas la alternativa de eximirse de lo anterior a cambio de pagar el 25% de lo devengado en el ejercicio comercial respectivo por concepto de remuneraciones mensuales, cualquiera haya sido el nivel de utilidades obtenidas, estableciéndose además que el monto total anual a recibir por cada trabajador por este concepto no podrá exceder de 4,75 ingresos mínimos mensuales. En definitiva, se trata de un pago a todo evento que forma parte de la estructura de remuneraciones que reciben los trabajadores.

La propuesta que discute la Cámara introduce modificaciones sustantivas, buscando que efectivamente las empresas distribuyan a sus trabajadores el 30% de las utilidades obtenidas. Para esto se propone eliminar el tope actual de 4,75 ingresos mínimos mensuales, y se agrega que el monto total pagado a los trabajadores no podrá ser inferior al 30% de las utilidades.

En caso de aprobarse, el efecto sería equivalente al de un alza en la tasa de impuesto a las utilidades a las empresas. Y siendo su efecto similar al de un tributo, muy probablemente se traducirá en una menor rentabilidad de los proyectos, y por ende afectará negativamente la inversión.

Si con la actual estructura tributaria la carga que recae sobre las empresas es elevada -entre las más altas como proporción del PIB en la OCDE-, una modificación de este tipo significaría un retroceso adicional en competitividad. Si además se considera que la realidad de las grandes empresas es muy distinta a la de las PYME, cabe anticipar también un aumento en la brecha salarial entre ambas.

Un último efecto muy indeseado sería fomentar la informalidad laboral, lo cual sin duda puede asociarse a mayor precariedad, precisamente uno de los problemas que amerita especial preocupación de cara al futuro.

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