Debate sobre las causasdel menor crecimiento
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En sendas entrevistas publicadas el fin de semana, los ministros de Hacienda y su par de la Secretaría General de la Presidencia (que también ejerció como jefe de las finanzas a principios de siglo), salieron al paso de la ya crónica preocupación que existe entre agentes privados y expertos en torno a la débil capacidad de crecimiento que ha mostrado la economía en los últimos años.
De acuerdo con las lecturas de los secretarios de Estado, junto a los efectos de un cuadro externo que a su juicio ha tenido un impacto sustantivo, también se aprecian problemas de orden “estructural” en la economía. Si bien Eyzaguirre no ve un impacto de las reformas y el ministro Valdés admite que algo pudieron afectar (especialmente la tributaria), ambos apuntan a una suerte de incapacidad del tejido productivo y empresarial de generar nuevos sectores exportadores, de diversificarse y competir en el mundo global.
Sin desconocer que efectivamente la diversificación de la base exportadora no ha sido todo lo rápida y profunda, el diagnóstico ministerial peca de una omisión relevante, a saber, que el mal diseño y la torpeza de las reformas introducidas las hacen tener un rol más bien protagónico que secundario en esta situación.
