Decisiones de inversión y definición electoral

El Informe de Percepción de Negocios (IPN) divulgado ayer por el Banco Central y que corresponde al segundo trimestre del presente año vuelve a confirmar algo que debiera ser evidente y que algunos exponentes de la actividad política tienden a subestimar; a saber, que lo que ocurre en el entorno político y social es decisivo a la hora de resolver el uso de recursos económicos, los que por definición son escasos y que, cuestión no menor, disponen además de una infinidad de alternativas rentables y seguras a las cuales echar mano.

Es más, el IPN constató entre los consultados un evidente compás de espera ante las definiciones electorales, para en función de esa información resolver la concreción de proyectos el próximo año. Dado lo anterior, la mayoría de los encuestados anticipa que el desempeño de sus negocios en 2017 saldará en términos similares a los del año pasado, lo que será resultado de una partida de año que ya se sabe es débil y una expectativa de mejoría al cierre del año.

Esta constatación está en línea con otros registros de expectativas de los agentes económicos, los que sistemáticamente siguen mostrando estancamientos en la confianza y hasta deterioros adicionales.

Resulta evidente que la composición de escena es preocupante, ya que las señales de recuperación no sólo se demoran, sino que se condicionan a la evolución de los acontecimientos políticos hoy ampliamente abiertos, y porque más allá de las débiles explicaciones de la ministra del Trabajo en la interpelación, es evidente que las fragilidades del mercado del trabajo tendrán consecuencias y serán de lenta reparación.