Editorial

Día de la Mujer

  • T+
  • T-

Compartir

Imagen foto_00000001

n buena parte del mundo, los avances que han logrado las mujeres en el último medio siglo —en términos de respeto a su autonomía y reconocimiento de sus derechos— son numerosos, variados y transformadores, aunque ello no implica el fin de todas las formas de prejuicio y discriminación.

No se dice lo suficiente que para este avance ha sido un factor fundamental la consolidación de sistemas políticos y económicos que confían en los individuos para impulsar su desarrollo. Las sociedades en las que un país como Chile busca ejemplos de progreso son, precisamente, aquellas que reconocen y valoran por igual a hombres y mujeres.

En otras partes del mundo, en cambio, y por diversas causas —culturales, religiosas, políticas o económicas—, las mujeres viven bajo leyes y códigos sociales que las relegan al anonimato, las condenan a la pobreza y les niegan sus más elementales derechos.

En una sociedad libre y basada genuinamente en la igualdad de oportunidades un foco claro de agenda deberían ser las mujeres más vulnerables de Chile, que no tienen hoy las herramientas educacionales y económicas para poder concretar sus sueños y proyectos de vida, lo cual no supone desconocer que hay otras reivindicaciones legítimas en el debate actual. Es importante, asimismo, introducir en el discurso la cuota de moderación que permite reflexionar sin maniqueísmos, distorsiones y caricaturas.

Lo más leído