El Banco Central Europeo se la juega por el todo
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El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, esperó mucho tiempo antes de anunciar la semana pasada el esperado programa de alivio cuantitativo.
La razón de la demora es que el plan para combatir la deflación y el estancamiento de la economía, era resistido por algunos importantes miembros del bloque, particularmente por Alemania, que temía que la ayuda evitaría que algunos de sus socios implementen las necesarias reformas estructurales para mejorar su competitividad o no han recortado lo suficiente el gasto.
Con los precios entrando en terreno negativo en diciembre ya no había más margen y Draghi finalmente actuó, anunciando un programa de compra de activos incluso más grande de lo que se esperaba, pero muchos observadores han advertido que la decisión va a aumentar las tensiones dentro de un bloque que ya parece fuertemente dividido.
Muchos creen que esta es la última oportunidad para salir del estancamiento y si el plan fracasa las apuestas son muy altas, incluyendo la propia credibilidad del BCE. Aunque el programa probablemente ayudará, dicen, no es suficiente por sí solo, y es responsabilidad de los gobiernos impulsar políticas que apoyen el crecimiento.
