Editorial

El ministro vs. Moody’s: disparando al mensajero

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i bien el ministro de Hacienda ya ha dado señales de querer dejar atrás la polémica que lo enfrentó por varios días con la clasificadora de riesgo Moody’s, el episodio merece algunos comentarios posteriores.

Por un lado, porque significó un desgaste político adicional para un gobierno que ha sufrido varios traspiés en el último tiempo, los cuales han desviado el foco de la nutrida agenda del Ejecutivo hacia el manejo comunicacional de algunos ministros. Esto es, hacia errores no forzados que imponen costos innecesarios. Esto le dio inesperada munición adicional a una oposición que ya tiene mayoría en ambas cámaras ad portas de discusiones legislativas clave como las de salario mínimo, presupuesto 2019 y reforma tributaria.

Pero la pública molestia del ministro con Moody’s por rebajar la clasificación de riesgo de Chile no fue afortunada, sobre todo, porque dejó pasar una oportunidad valiosa de recalcar un mensaje que al gobierno le interesa sobremanera transmitir a la opinión pública: la situación fiscal del país se ha debilitado y superarla es urgente.

Era el minuto de promover sus medidas para enfrentar el problema, pues a nivel estratégico ratificaba el diagnóstico fiscal del Ejecutivo —y de otros expertos e instituciones evaluadoras— y daba otro sólido argumento para su política de controlar el gasto público, el cual se ha disparado mucho más allá de lo prudente para un país como el nuestro.

Así, aunque la decisión de Moody’s fue una mala noticia para Chile —como dijimos en nuestro editorial de ayer—, su efecto negativo fue amplificado por una reacción ministerial que puso el foco en asignar culpas por el deterioro fiscal y en criticar las supuestas “contradicciones” de la agencia. De esa forma, en vez de sacar provecho de un mensaje que se comparte, se escogió atacar al mensajero.

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