Editorial

El poder (amarrado) de las estadísticas

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Imagen foto_00000001s difícil exagerar la importancia de la información estadística confiable y oportuna para el funcionamiento de una sociedad moderna, más aun si aspira a cruzar el umbral del desarrollo. Para comprender las causas, el significado y los alcances de un sinnúmero de fenómenos de todo tipo —económicos, sociales, demográficos, etc.— es indispensable contar con datos fiables y, en esencia, ésta es un área en la cual Chile exhibe importantes fortalezas. Esto, tanto a través de encuestas estadísticas como de registros administrativos de diversa índole, recopilados por entidades públicas y privadas.

No obstante lo anterior, la utilidad de esta información se ve seriamente restringida por el hecho de que los datos permanecen virtualmente aislados en los respectivos organismos que los recaban. Esto, como explicó a este diario el gerente de la División de Política Monetaria del Banco Central, implica que necesariamente tienen un “impacto muy limitado”. Se trata de entender que algunas “bases de datos aisladas son completamente inútiles, mientras que juntas tienen un enorme potencial”.

Sin duda es importante avanzar hacia una mejor coordinación y consolidación de los registros estadísticos que hoy aparecen aislados, lo que reduce su utilidad para el análisis y diseño de políticas públicas, entre otras cosas. Esta consolidación podría realizarla un organismo como el INE, siguiendo el modelo danés, o bien ser una tarea conjunta entre distintos entes. Como fuera, el sistema resultante debe garantizar el libre acceso a la información para usos legítimos y, a la vez, el resguardo de confidencialidad de datos personales.

Conjugar ambos objetivos no es fácil, pero es imprescindible para explotar cabalmente el potencial analítico de la comparación y cruce de datos en la comprensión, y eventual solución, de un variado conjunto de problemas. En este como en otros ámbitos, el valor agregado no está en los datos aislados, sino en cómo se relacionan.

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