Editorial

El quinto retiro como test de prudencia

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Los efectos negativos de los retiros previsionales adelantados, desde el primero al cuarto, fueron advertidos en su momento por un amplio espectro de economistas y expertos. Entre ellos, por cierto, el actual ministro de Hacienda, quien como presidente del Banco Central fue muy explícito y elocuente al respecto: pérdida de profundidad del mercado de capitales, impulso a la inflación (incluyendo alza en los créditos hipotecarios), impacto en las pensiones, como los principales costos.

Entre los partidarios de esos cuatro retiros (tres de ellos aprobados), en tanto -y contradiciendo la opinión de técnicos de su propio sector- estuvieron varios de quienes están a la cabeza del actual gobierno, hoy en la incómoda posición de tener que oponerse a la iniciativa de un quinto retiro por las mismas razones de prudencia económica y fiscal que ignoraron o negaron siendo parlamentarios de oposición, hace sólo unos meses. Eso incluye al actual mandatario, lo que inevitablemente debilita la credibilidad de su negativa a apoyar el quinto retiro que impulsan desde el nuevo oficialismo: ¿por qué sería malo para el país hoy lo que hace un par de meses se consideraba no sólo justificado, sino imprescindible para paliar los efectos de la crisis económica en las familias?

Los detractores de los retiros pueden argumentar, justificadamente, que el Presidente se opone hoy por (correctas) razones técnicas a lo que hasta hace poco respaldaba por cortoplacistas motivaciones electorales. Y así es. El gobierno está descubriendo que, tal como señaló por dos años el actual titular de Hacienda, los retiros han sido una política irresponsable y populista que acarreará grandes costos para la economía, además de perjudicar a los pensionados.

Dado que un eventual quinto retiro únicamente agravaría los problemas señalados, la única postura responsable que puede adoptar el gobierno es oponerse a él (al respecto, ha aludido al factor empleo). El inevitable costo político será el precio a pagar por el imprudente oportunismo de la campaña electoral, de lo cual la ciudadanía haría bien en sacar enseñanzas para futuras elecciones.

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