Editorial

Empresa nacional del litio: no es el camino

  • T+
  • T-

Compartir

No deja de ser una paradoja que mucho del énfasis por aprovechar ventajas como la abundancia de litio o el potencial de Chile en la innovadora industria del hidrógeno verde, provenga de actores decididos a dejar atrás la explotación de recursos naturales como eje de nuestro desarrollo. Una segunda paradoja es que, en general, esos actores dan por sentado que una forma segura de aprovechar dichas ventajas es encargarles esa responsabilidad a nuevas empresas estatales, pese al muy discutible valor de esa idea, a la luz de la experiencia.

El candidato Gabriel Boric sostiene que el litio es el “mineral del futuro”, una descripción que encapsula su innegable valor para el pujante sector de las baterías eléctricas en un creciente número de industrias, ahora y en las próximas décadas. Considerarlo un activo estratégico parece acertado. Para concretar sus beneficios, el programa presidencial del candidato del Frente Amplio propone “la creación de una empresa nacional de litio que desarrolle una nueva industria nacional de este recurso estratégico, con protagonismo de las comunidades y agregando valor a la producción”.

No se puede contemplar esta propuesta sin tener en cuenta, al mismo tiempo, la intención de crear un Banco Nacional de Desarrollo (BND), una empresa estatal de redes de telecomunicaciones y una empresa pública comercializadora de materiales de construcción, además de nuevas empresas municipales para atender demandas que involucran derechos sociales y de compañías públicas regionales de construcción sustentable. Lo cierto es que ese camino no representa nada nuevo.

Como este diario ha señalado anteriormente, dado el alto nivel de crítica política e insatisfacción ciudadana con el funcionamiento del Estado en distintas áreas -seguridad, educación, salud y otras-, la pretensión de endosarle aun más funciones y responsabilidades a ese mismo Estado parece extemporánea. Esta parece surgir de una convicción ideológica respecto del rol que, según la izquierda, debe tener el Estado en la sociedad (especialmente en la economía), antes que de una apreciación realista de sus capacidades y potencialidades.

La buena gobernanza que Chile necesita sin duda requiere un sustento más sólido.

 

Lo más leído