Editorial

La moderación fiscal que no llega al MinsalE

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El ministro de Hacienda ha logrado su objetivo de moderar el impulso fiscal, éxito no menor frente al expansivo programa de gasto del gobierno de Michelle Bachelet. Es así como en 2016 el erario público registró un crecimiento real de 3,7%, la cifra más baja desde 2011, revirtiéndose además la sobreejecución presupuestaria de los dos años anteriores. Esto, unido a los ingresos extraordinarios producto de la repatriación de capitales, permitió que el déficit fiscal efectivo resultara algo menor a lo estimado, un 2,8% del PIB.

Sin embargo, la prudencia fiscal de Hacienda no parece llegar al Ministerio de Salud, con una significativa sobreejecución de gasto corriente de más de 13% y un aumento real del mismo de 7,4%. Este exceso de gasto sobre el presupuesto llega a US$ 1.250 millones, explicando cerca de un 20% del déficit fiscal. Por otra parte, los serios problemas de gestión de este ministerio se reflejan también en que el presupuesto de gasto de capital, clave para superar los déficits en esta materia, fue ejecutado en un 70%, cayendo un 24% real respecto al año anterior. Definitivamente, la ejecución del Ministerio de Salud parece jugar en contra de la moderación fiscal y la asignación eficiente de recursos escasos.

Siendo la salud una de las preocupaciones centrales de la población (segundo problema más mencionado en la última encuesta CEP), parece de gran importancia que este tema sea abordado en los programas de gobierno que se presentarán este año. Y no con promesas de grandes aumentos de gasto que son inviables, sino con una restructuración profunda, principalmente en la salud estatal.

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