Ley de etiquetado de alimentos: ¿por qué no revisarla?

ecientemente, el ministro de Salud celebraba el éxito de los dos primeros años de vigencia de la ley de etiquetado de alimentos, a propósito de un estudio del INTA que observaba ciertos cambios positivos en la conducta de los consumidores (por ejemplo, una baja de 25% y 9% en las compras de bebidas azucaradas y cereales, respectivamente).

Si bien el propio estudio advertía que “las mejorías en las prevalencias de sobrepeso y obesidad no se pueden esperar en un período tan breve de implementación”, no deja ser llamativo que en el mismo lapso Chile se convirtió en el segundo país con mayor tasa de obesidad de adultos de la OCDE, con 34,4% (era el octavo en 2016, con 25,1%) y una de las mayores de sobrepeso infantil de América Latina (9,3%).

Nada de lo anterior demuestra la ineficacia de la ley de etiquetado —cuyo objetivo es, dicho sea de paso, reducir los altos índices de obesidad del país—, como tampoco comprueba su efectividad. No se entiende, por ende, la negativa de la autoridad a revisar una normativa que es claramente perfectible, como argumenta la industria y ahora también un estudio de Libertad y Desarrollo, según consignó ayer este diario. Luego de mucha resistencia, los fabricantes han entendido que la entrega de información más detallada sobre el contenido de sus productos es una exigencia que se ha vuelto insoslayable en la sociedad actual, pero es muy posible que lo que hoy se informa al cliente, y la manera en que se informa, no sea lo más adecuado al objetivo, y además, pueda generar falsas (y riesgosas) percepciones de “alimentos saludables”.

Dado que a mediados del próximo año entra en vigencia la tercera fase de la ley, parece oportuno plantear esta discusión. No para debilitar la normativa, como temen sus partidarios, sino para adaptarla mejor a sus objetivos. Sin olvidar que —en un país tan sedentario como el nuestro— una etiqueta que advierte sobre la comida poco sana no puede ser más que un frente secundario en la batalla por reducir la obesidad.