Editorial

Ley Reservadadel Cobre

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Probablemente la Ley Reservada del Cobre, que obliga a Codelco a traspasar el 10% de sus ventas a las Fuerzas Armadas, constituye una anomalía, no sólo por el efecto que tiene en la empresa, sino también por el hecho de vincular el gasto de defensa, de carácter estratégico, al precio del cobre. Es por eso que llama la atención que en más de un cuarto de siglo de gobiernos democráticos no se hayan hecho mayores esfuerzos por modificar esta disposición, lo que en algún grado podría deberse a que la existencia de esta ley hace difícil que Codelco pueda acceder a capital privado.

Sin embargo, también es llamativo que frente a la compleja situación financiera de la empresa veamos esta urgencia política por derogarla, siendo que no va a resolver los problemas de fondo, generando además la necesidad de una vía alternativa de financiamiento para las Fuerzas Armadas.

Efectivamente, esta ley constituye una traba para Codelco, pero es más cierto aún que la grave situación que la aqueja se origina principalmente en la política histórica de dividendos y en el escaso control de costos que hubo durante el boom minero. Esto porque más anómalo que un impuesto a las ventas lo es el hecho de que una empresa que explota recursos no renovables durante décadas no haya reinvertido lo necesario para desarrollar otros yacimientos que generen futuros ingresos al Estado. Esta falta de visión estratégica es aún más prioritaria de corregir. Por otra parte, tampoco se resolverán los problemas de mediano plazo si no se profundizan los esfuerzos de eficiencia, necesarios para que los proyectos en ejecución y estudio sean finalmente rentables para el país.

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