Liderazgo mundial de Alemania en duda
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En medio del auge de movimientos populistas de los últimos años, Alemania se había mantenido hasta ahora mayoritariamente aislada. Pero el ascenso del ultraderechista Alternative for Deutchsland (AfD) en las elecciones del domingo marca el fin de su inmunidad, y representa un duro golpe a las esperanzas de que Berlín asuma un liderazgo estabilizador en este nuevo orden mundial.
El avance de los radicales tuvo como contrapartida el retroceso del centro político, con los dos sectores tradicionales registrando su peor desempeño desde 1949. Con el partido de extrema izquierda Die Linke captando 9% de los votos, el 22% de los electores alemanes le dio su apoyo a los grupos más polarizados del espectro político.
Inevitablemente esto afectará el papel que podrá jugar a partir de ahora el país en el concierto mundial, y especialmente en el regional.
Las tensas relaciones con Turquía y Polonia, que han lanzado una campaña de acusaciones contra el gobierno alemán, se complicarán aún más, con las nuevas bancadas del Bundestag exigiendo a las autoridades que salgan en defensa del honor nacional.
Pese a su triunfo en el recuento final, la Democracia Cristiana de Angela Merkel tendrá dificultades para formar coalición con un socio confiable, y la canciller podría verse obligada a recurrir a los liberales del FDP, un partido euroescéptico que se opone a compartir la prosperidad con sus vecinos menos afortunados del sur. Para los planes del nuevo presidente francés, Emmanuel Macron, de relanzar el proceso de integración en el bloque, un apoyo decidido de su socio germano era esencial, lo que será más difícil ahora.
