Editorial

Mercado del trabajo y salario mínimo

  • T+
  • T-

Compartir

Imagen foto_00000001

a recesión de 2020 y la recuperación posterior han permitido que el nivel de producción ya haya superado lo observado en 2019. Sin embargo, en el mercado del trabajo se observa aún un importante desequilibrio, que será clave tener en cuenta al discutirse el reajuste del salario mínimo.
En 2019, el promedio de ocupados era de nueve millones, lo que a partir de marzo 2020, con el inicio de las cuarentenas, comienza a caer de manera sustancial, alcanzando su punto más bajo en mayo-julio con un total de ocupados de siete millones, esto es, la destrucción de dos millones de puestos de trabajo. Es cierto que hoy, con alrededor de 8,7 millones de ocupados, nos acercamos nuevamente al promedio observado en 2019; pero sin la recesión, los ocupados serían actualmente en torno a 9,4 millones, por lo cual la brecha con respecto a la tendencia sería de 700 mil personas
.

Imagen foto_00000002

La discusión del reajuste del salario mínimo tendrá lugar en este desequilibrado mercado del trabajo. Su último incremento se realizó en enero pasado ($ 350 mil) y rige hasta abril próximo, existiendo la expectativa de que la nueva cifra será de $ 400 mil, lo que implicaría un incremento nominal de 14,3%, superando largamente los reajustes conocidos. No sorprende, por ende, que se escuchen voces de alerta sobre el negativo impacto que dicho reajuste podría tener -en el actual escenario económico- sobre la ocupación formal, en especial las empresas de menor tamaño.

Parece razonable, entonces, incorporar el parámetro de cierre de brecha en el empleo como una de las variables relevantes para determinar el reajuste, tal como lo fue el Imacec en el reajuste anterior. Esta dimensión debe ser considerada, ya que un camino alternativo que proponga transferir subsidios a las PYME para que puedan financiar un reajuste excesivo, no solo tendría un problema sustancial de gestión, sino también la alta probabilidad de convertirse en una transferencia permanente.

En contraste, mejorar el ingreso mínimo garantizado es un mejor camino, dado que ya está en operación con una adecuada focalización y genera una menor distorsión en los salarios de la economía.

Lo más leído