Editorial

Nuestro reconocimiento a El Nacional

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Imagen foto_00000001oy circula por última vez la edición impresa de El Nacional, el diario de mayor tradición en Venezuela y el último de línea editorial independiente que queda en el país bolivariano.

Que la versión en papel deje de publicarse luego de 75 años no tiene que ver con la transición tecnológica que hoy vive la prensa mundial —como otras industrias—, sino con el acoso económico, judicial y político que durante años ha ejercido el régimen chavista sobre éste y otros medios venezolanos no plegados al discurso revolucionario oficial, primero bajo Hugo Chávez y ahora con Nicolás Maduro.

Como explicó al diario español ABC el director de El Nacional, fueron muchas las maneras en que el gobierno trató de hacer insostenible la continuidad del medio, pero la que finalmente inclinó la balanza tiene triste fama en la historia de las autocracias latinoamericanas: la asfixia de papel. En este caso, la mezcla de monopolio estatal y colapso económico —con inflación de un millón por ciento este año— hizo inviable seguir comprando papel, incluso con la solidaridad de otros diarios de la región.

Ese no fue sino el punto cúlmine de una estrategia de arrinconamiento que incluyó, entre otras cosas, juicios contra periodistas y directivos; ataques de “colectivos” oficialistas armados; multas y confiscación de equipos; retiro de publicidad estatal, cancelación de concesiones y compra de medios por parte de empresarios gobiernistas; bloqueo de portales web; y, desde luego, una sostenida campaña de difamación desplegada desde los medios de gobierno. Cerca de un centenar de estaciones privadas de radio y televisión, y más de 30 diarios, han salido de escena en la era chavista. Muchos otros se han vuelto parte de la extensa red estatal de medios.

El Nacional continuará ahora como publicación 100% digital en internet, de modo que su voz se seguirá escuchando. Pero su caso es otro recordatorio de la innegable deriva dictatorial de Caracas que la comunidad internacional ha condenado desde variados foros. Una condena a la que Chile se ha sumado bajo el actual gobierno, que ha dicho sin rodeos que lo que hay en Venezuela no es una democracia en crisis, sino una dictadura.

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