Editorial

Ordenar el teletrabajo

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l viernes pasado, Diario Financiero adelantó un relevante trabajo de compilación, interpretación y análisis sobre todas las normas legales que rigen para el teletrabajo en Chile y que incluye una serie de buenas prácticas aplicables al marco normativo nacional. La iniciativa fue liderada por la fundación ChileMujeres, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Subsecretaría de Derechos Humanos.

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La instalación del teletrabajo como un fenómeno masivo se aceleró con la pandemia y se debió adaptar la regulación creada para tiempos normales. Resultó muy valioso que se ordenara a través de una ley y luego que se apurara un reglamento, aunque este último aún tiene algunos aspectos por pulir. Pero ahora viene un período nuevo, de ajustar en una forma permanente esta manera de trabajar que para algunas compañías y trabajadores resulta beneficiosa para los meses pospandémicos y que en otros casos, de manera absoluta o híbrida puede ser también un escenario de largo plazo. Por eso es especialmente valioso el “Manual de Teletrabajo: marco jurídico y buenas prácticas”. La discusión con este documento entra a una nueva etapa donde habrá desafíos para varios sectores de la sociedad. Primero, al interior de las empresas diseñar en profundidad las nuevas formas de trabajar en las que se pongan en la balanza la privacidad y espacios de descanso de las personas en sus hogares con la necesaria productividad. El tema no es menor porque en estos meses de urgencia se ha trabajado en base a parámetros temporales que no son replicables necesariamente en el largo plazo. Y además, porque en muchos casos, la tecnología disponible debe ajustarse así como la cultura organizacional y los liderazgos.

Segundo, a nivel normativo, los reglamentos y la fiscalización deben repensarse para un escenario más masivo y más flexible que el que había en el espíritu del proyecto inicial de teletrabajo que se discutió prepandemia.

Y tercero, a nivel de otras organizaciones, como la comunidad educativa, se debe considerar que los padres trabajen en el hogar al momento de diseñar planes académicos, de manera de permitir que sea un asunto virtuoso y no de choque.

Finalmente, como medios de comunicación debemos difundir sin cansancio buenas prácticas, ejemplos exitosos y fracasados de esquemas de teletrabajo, nuevas tecnologías asociadas y otros asuntos relacionados para dar más textura a la discusión.

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