Editorial

Pago a tiempo y cancha pareja

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ara funcionar adecuadamente, una economía de libre mercado necesita reglas que rijan por igual para todos los actores. Esa es la cancha pareja en la cual las empresas pueden desplegar sus fortalezas y aprovechar sus ventajas competitivas en igualdad de condiciones.

En este sentido, entonces, el principal aporte de la nueva Ley de Pago a 30 Días, promulgada ayer por el Presidente Piñera, es ratificar el imperio de reglas válidas para empresas grandes y pequeñas. Este es un cambio cultural relevante que, además, supone escuchar a un sector que no lo había sido como corresponde. El pago tardío de muchas compañías a sus proveedores —a 90 días e incluso más— es un reclamo de las pyme que tiene larga data y es, en esencia, una forma inaceptable de crédito forzado. El Estado, por cierto, a menudo figura de manera prominente en la lista de “malos pagadores” (US$ 69 millones es la deuda acumulada a los proveedores del sector salud, dijo a DF el timonel del gremio, principalmente por el pago atrasado de los hospitales).

La ley enfrentó algunos entendibles reparos. Por ejemplo, sobre el proyecto original se advertía que el llamado “acuerdo entre las partes”, que permite acordar un plazo de pago mayor al establecido de 30 días, podía terminar siendo la regla, en lugar de la excepción, lo que hubiese convertido a la ley en letra muerta. Asimismo, otros critican que la gradualidad de dos años para su completa entrada en vigencia es excesiva y constituye un injustificado beneficio para empresas que han pagado tardíamente a sus proveedores durante demasiado tiempo.

No obstante, los requisitos para el mencionado acuerdo fueron acotados en la redacción final, lo que reduce la probabilidad de que se transforme en un resquicio para continuar dilatando los pagos. Por otro lado, parece razonable fijar una implementación gradual, en vista de que muchas empresas simplemente no podrían cambiar sus esquemas de pago en forma inmediata sin comprometer su viabilidad.

En síntesis, una ley que apunta en la dirección correcta.

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