Editorial

Pesada mochila futura

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l Gobierno ha dispuesto un volumen inédito de recursos para hacer frente a la pandemia, a ser financiado con ahorros en los fondos soberanos y con endeudamiento adicional (a lo cual habría que agregar los anuncios post 18-O). En el neto, el nivel de deuda pública, que en 2018 equivalía al 25,6% del PIB, para fines de este año se proyecta en 35%, y las cifras de Dipres indican que, en el marco de lo ya comprometido, se estabilizaría en torno al 45% del PIB en 2024, de no mediar presiones por gastos adicionales.

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Respecto del polémico retiro adelantado de los fondos ahorrados en las AFP, si bien no compromete recursos públicos en forma directa, pues son ahorros de los afiliados, al disminuir la capacidad de generar pensiones autofinanciadas que de esto deriva se está imponiendo una carga fiscal adicional. Esto, como consecuencia de personas que, al haber retirado fondos, van a requerir en el futuro pagos previsionales provenientes del pilar solidario, los que no están contemplados actualmente. Es revelador que la Dipres proyecte por este concepto compromisos adicionales por US$ 10.776 millones hasta el año 2100, con un costo en términos de valor presente superior a los US$ 3.500 millones. Esos recursos deberán obtenerse vía reasignaciones de gasto, mayores impuestos o nueva deuda.

El análisis macroeconómico tradicional sobre el endeudamiento público usualmente se centra en cuáles son los límites “tolerables” para un país como Chile, de manera de poder mantener el acceso a los mercados financieros en condiciones favorables. Lo que se omite en el debate es lo que resulta “tolerable” para las generaciones futuras, ya que esta nueva deuda habrá que pagarla, y serán ellas las que deberán hacerse cargo de esta mochila financiera.

No parece razonable ni justo cargarles la mano solo a los que vendrán, recurriendo al fácil expediente del endeudamiento. Si la sociedad opta por priorizar cierto tipo de gastos, lo lógico sería compensarlos eliminando o disminuyendo otros. No solo sería más justo, sino también más eficiente, ya que mayores impuestos y mayor endeudamiento tendrán un efecto negativo en el crecimiento económico y en la capacidad de generar nuevos empleos.

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