Editorial

Proyecto de una nueva AFP

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Contrario a todo pronóstico, dados los cuestionamientos que enfrenta la industria previsional y el detalle de la reforma que está afinando el gobierno, una séptima Administradora de Fondos de Pensiones (AFP) podría constituirse en el país.

Se trata de una iniciativa que lideran el publicista Pablo Contreras Meriño y el abogado Flavio Tapia Carmagnani hace un año y medio al alero de Socialab, una incubadora de proyectos de innovación social. Hoy se encuentra precisamente en fase de anteproyecto y, por el momento, su nombre es “Social Pensiones”.

Pero si la idea de una nueva AFP resulta llamativa, también lo son los términos en que se ha planteado. Como parte del trabajo, los interesados ya se reunieron con la autoridad reguladora, donde expusieron que el principio rector en el que se basará la gestora será la ética. De hecho, hablaron de crear una “lista negra” de entidades o instrumentos de inversión, lo que -por ejemplo- implicaría no invertir en empresas que dañan el medioambiente. Otra innovación es la idea de repartir las utilidades de la sociedad entre los afiliados.

A la luz del contexto, este proyecto de una nueva AFP resulta del todo bienvenido. No sólo se trata de una señal de preocupación por un tema gravitante para la vejez de los chilenos, sino que da cuenta de la generación de ideas más allá del debate coyuntural -muchas veces con tintes bizantinos-, que asume la legitimidad del sistema vigente.

La próxima licitación de cartera, prevista para culminar en enero de 2018, ofrecerá un espacio propicio para que “Social Pensiones” -visada por la autoridad- salga al pizarrón y pueda eventualmente competir de la mano de sus innovaciones.

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