Recomendaciones de la OCDE para Chile

Con ocasión de la entrega de su informe “Estudios Económicos” sobre Chile, que cada dos años elabora el organismo, la OCDE hizo un positivo balance del estado de cosas en el país y presentó una serie de recomendaciones para que su senda al desarrollo progrese de manera sostenida y clara.

Hasta ahí todo bien y muy dentro del estilo de la organización, claro que cuando cada uno de los puntos mencionados es visto en más detalle, comienzan a surgir “peros”.

Es el caso, por ejemplo, de la afirmación de que Chile sobrellevó mejor que sus pares la crisis. Lo cierto es que la pregunta que surge es a qué crisis se refiere la OCDE, ya que a nivel de grandes economías globales y principales socios comerciales, el escenario en casi una década no es el de crisis, sino que de recuperación y crecimiento. Distinto es el caso de economías como Brasil y Argentina, que recién comienzan a ver la luz tras largos períodos de decadencia, los que tienen explicaciones multifactoriales y de orden interno, en gran medida.

En materia de recomendaciones, como por ejemplo insistir en la senda de las reformas estructurales y avanzar hacia una mayor carga tributaria que solvente las necesidades fiscales, la reflexión que surge es que la primera recomendación es del todo lógica, aunque lo realmente importante es la claridad de objetivos con que se llevan adelante y la pulcritud técnica de las mismas, de modo que no sean un lastre para el país. Respecto de la carga tributaria, el matiz que debe hacerse tiene que ver con no perder de vista la posición relativa que cada economía tiene en la senda al desarrollo, ya que los años recientes desmintieron categóricamente que mayores impuestos son indiferentes al crecimiento.