Recorte del FMI: el precio de la incertidumbre

Las señales de alerta sobre el difícil año económico que se avecina para Chile a raíz de la crisis social no dejan de acumularse. Ahora, a los recortes en las proyecciones de crecimiento del Ministerio de Hacienda y el Banco Central se suman los cálculos del Fondo Monetario Internacional (FMI), que estima que la economía chilena no crecería más de un 1% en 2020. Esto se enmarca en un contexto de estancamiento de América Latina en general, por cierto, pero entrega el preocupante dato de que Chile sería el segundo país con peor desempeño en la región, después de Venezuela.

Más que un estimado económico sombrío que otras cifras ya habían dejado entrever —como los cierres de locales comerciales o el aumento de los despidos por necesidades de la empresa, por ejemplo—, el análisis del FMI es significativo porque pone el acento no sólo en lo propiamente económico, sino más bien en la dimensión política del problema. Así, sugiere que la eventual recuperación del dinamismo dependerá mucho de “las respuestas de política económica ante las demandas sociales”. En cuanto al motivo para la menor proyección, el director del Departamento del Hemisferio Occidental del organismo la explica como una “respuesta a la incertidumbre sobre la inversión, el consumo, el consumo de bienes durables, la demanda de bienes raíces, entre otros”.

Al respecto, es significativo que el alto funcionario del FMI se refiera al cercano proceso constituyente en términos algo ambivalentes, pues si bien lo califica como “una inversión”, advierte que implica “un costo de incertidumbre y menor crecimiento, para que al final se alcance un crecimiento más inclusivo”. Esto es algo que los actores sociales y políticos chilenos no han relevado con suficiente fuerza en medio de un incipiente debate que, a ratos, parece idealizar el potencial transformador positivo de una nueva Constitución.

Lo anterior no es razón para inhibirse de ese proceso, pero sí lo es para tener en cuenta los costos de prolongar la incertidumbre.