Editorial

Regla fiscal y clasificación de riesgo

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La agencia Fitch se sumó a S&P en la rebaja de la clasificación de riesgo soberano de nuestro país, pasando la nota de A+ a A, con perspectiva estable.

Entre las principales explicaciones se mencionó el prolongado período de debilidad económica que, junto a un menor precio del cobre, han debilitado el “balance soberano”. Se hace alusión además al recorte sucesivo y significativo que se ha realizado a las estimaciones de crecimiento del producto potencial en los últimos años, que ha pasado de 4,8% en 2013 a 2,6% en 2017.

La agencia señaló que la regla fiscal se ha conducido prudentemente en relación con shocks de precio del cobre y crecimiento. Sin embargo, asevera que esta regla se ha convertido en un ancla fiscal menos estricta a la hora de enfrentar shocks de carácter más estructural, como el observado. Fitch explica en su informe que la “nueva forma de interpretar la regla evita la necesidad de restricción de gasto adicional ante la pérdida de ingreso considerada permanente”, refiriéndose a la modificación introducida por la presente administración que fija como meta del Balance Estructural el reducir el déficit estructural en un cuarto de punto porcentual del PIB por año, pero corrigiendo los parámetros estimados por los datos efectivos.

La preocupación es, por cierto, atendible. Durante los últimos años fiscales, si bien se cumple la regla autoimpuesta, no se evita que el balance efectivo sea cada vez más deficitario (postergando la necesaria convergencia), al tiempo que la deuda bruta aumenta aceleradamente. En este contexto, probablemente, volver a considerar la regla en términos de un nivel específico sería más sensato.

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