Editorial

Reparar confianzas para recuperar la economía

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a variación del Imacec de junio (-12,4% respecto de igual período del año anterior) mostró una contracción en la actividad económica algo menor que la que anticipaba el mercado, pero ello está lejos de significar que la economía chilena haya alcanzado un punto de inflexión. El golpe al aparato productivo a contar de marzo ha sido tremendo –sumado a los efectos del 18-O-, y es por esto que la prioridad fundamental debe ser la puesta en marcha de un plan de reactivación vigoroso, en el marco de una paulatina normalización de las actividades económicas, y en un ambiente que permita despejar factores de incertidumbre.

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Los anuncios del Gobierno apuntan en la dirección correcta e implican un gran esfuerzo fiscal. Pero el desafío va mucho más allá de los proyectos de inversión pública y los apoyos transitorios que el Estado pueda brindar. Es importante también que el sector privado –responsable del 85% de la inversión total en el país- perciba un ambiente positivo para dar inicio a nuevas iniciativas y a contratar trabajadores. Se han destruido más de 1,7 millones de puestos de trabajo y aproximadamente 800 mil están con suspensión transitoria, por lo que revertir ese impacto requerirá la contribución de todos.

La suscripción de un acuerdo político amplio, comprometiéndose un fondo especial de US$ 12 mil millones para ir en ayuda de los más afectados por la pandemia y para apoyar la reactivación de la economía, fue un avance importante. Lamentablemente, al momento de legislar sobre medidas concretas el acuerdo transversal parece estar diluyéndose. Las dificultades que enfrenta el Gobierno para lograr que se aprueben las medidas tributarias de apoyo a la inversión incluidas en el Acuerdo confirman que algunos actores políticos aún no calibran la magnitud del problema que enfrentamos.

Nada asegura que hayamos topado fondo ni que retomaremos el crecimiento con el impulso requerido. La recuperación de la economía exige derrotar al Covid-19, desde luego, pero también reparar las confianzas que permitan poner en marcha nuevamente los motores de la actividad.

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