Editorial

Repatriación de capitales

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La recaudación del impuesto a la repatriación de capitales resultó casi doce veces superior a la estimada por el gobierno durante la discusión de la reforma tributaria. La cifra, de US$ 1.500 millones, explica cerca de un 30% del aumento de recaudación no minera entre 2014 y 2015, y es entonces una excelente noticia para las exigidas arcas fiscales. El aspecto negativo es que constituye un monto que mayoritariamente se recibe por una vez, y por ende no puede ser considerado como una fuente importante de financiamiento del ambicioso programa de gobierno.

De hecho, si no fuera por la recaudación de este impuesto, los ingresos tributarios no mineros estarían creciendo cerca de la mitad de lo acumulado a noviembre de 8,9% real. Esto muestra, por otra parte, que la debilidad económica ha impactado en forma bastante severa la recaudación por impuesto a la renta.

El significativo número y monto de las declaraciones de capitales en el exterior, que sumaron cerca de US$ 19.000 millones, evidencia otro hecho de gran importancia en la discusión de regímenes tributarios. Sin duda que la abultada cifra de recaudación es consecuencia directa de lo reducido de la tasa que se cobraba, un 8%, significativamente por debajo de las tasas de impuesto a la renta con que ha quedado nuestro sistema tributario.

Resulta indudable entonces que las decisiones de ahorro e inversión de los agentes económicos son altamente sensibles a la tasa de impuestos, aspecto que fue bastante dejado de lado en la reciente reforma. Ahora que se discute, en la práctica, un nuevo sistema impositivo a la renta, es un punto a tener en cuenta.

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