Editorial

Rescate de empresas: debatir sin anteojeras

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a pandemia tiene maneras de poner en agenda asuntos complejos, incluso polémicos, como el reparto de dividendos en grandes empresas o las restricciones a la libertad que suponen las medidas de aislamiento social, entre otros. Esas discusiones y varias similares también se han dado en todos los países que, como el nuestro, deben enfrentar las consecuencias económicas y sociales del Covid-19, además de las sanitarias.

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Así, en vista de la gravedad y duración de esta crisis —que incluso en cálculos optimistas se haría sentir durante todo 2020—, es inevitable que uno de esos temas controvertidos sea el eventual rescate o “salvataje” por parte del Estado de grandes empresas (¡no de sus dueños!) en riesgo de quiebra debido al impacto económico de la pandemia, con la inmensa pérdida de empleos y el severo golpe a la economía nacional que ello implicaría. En el actual clima social y político, aún muy marcado por el estallido de violencia del 18-O, una discusión de esta índole se vuelve aún más difícil (y electoralmente riesgosa, en el previsible análisis de algunos), pero no por eso es menos necesaria.

En el Senado, algunos legisladores de oposición estarían evaluando ideas en esa línea, no porque estimen desde ya necesario salvar a dichas empresas, sino por lo probable de ese escenario y por los impactos que tendría en decenas de miles de trabajadores y sus familias. Más que de fijar una postura a priori, entonces, el llamado es a encarar el debate sin anteojeras, estableciendo criterios objetivos para cualquier medida: tipo y tamaño de empresa, nivel de riesgo, repercusiones de su eventual quiebra, características y condiciones de la ayuda estatal, etc.

Como dijo en entrevista con este diario un parlamentario opositor, “el momento que está viviendo el país requiere de flexibilidad ideológica (…), cuando se salva una empresa, principalmente, se está dando continuidad laboral a sus trabajadores”. En efecto, con ese prisma deberían abordarse las medidas en esta materia, en caso de que resulten necesarias.

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